28 junio 2014

LA IMPERMANENCIA Y LOS CICLOS DE LA VIDA


Mientras usted esté en la dimensión física y ligado a la mente humana colectiva, el dolor físico es aún posible.
Esto no debe confundirse con el sufrimiento, con el dolor mental-emocional.
Todo sufrimiento es creado por el ego y se debe a la resistencia.
Mientras usted esté en esta dimensión, aún está sujeto a su naturaleza cíclica y a la ley de la impermanencia de todas las cosas, pero ya no percibe esto como "malo". Simplemente es.
Al permitir el "ser" de todas las cosas, se le revela una dimensión más profunda bajo el juego de los contrarios, como una presencia permanente, una profunda quietud que no cambia, una alegría sin causa que está más allá del bien y del mal. Esta es la alegría del Ser, la paz de la Divinidad.

En el nivel de la forma, hay nacimiento y muerte, creación y destrucción, crecimiento y disolución de las formas aparentemente separadas.
Esto se refleja en todas partes: en el ciclo vital de una estrella o un planeta, en un cuerpo físico, un árbol, una flor, en el surgimiento y la caída de las naciones, los sistemas políticos, las civilizaciones; y en los inevitables ciclos de ganancia y pérdida de la vida de un individuo.

Hay ciclos de éxito; cuando las cosas vienen a usted y prosperan. Y ciclos de fracaso; cuando se retiran o se desintegran y usted tiene que dejarlas ir para dejar espacio a que surjan cosas nuevas, o para que ocurra la transformación.
Si usted se aferra y se resiste en este punto, significa que está rehusando seguir el flujo de la vida, y sufrirá.
No es cierto que el ciclo ascendente sea bueno y el descendente malo, excepto en el juicio de la mente.
El crecimiento se considera positivo habitualmente, pero nada puede crecer por siempre.
Si el crecimiento, de cualquier tipo, continuara por siempre, se volvería eventualmente monstruoso y destructivo.
Se necesita la disolución para que pueda ocurrir nuevo crecimiento. Uno no puede existir sin el otro.
El ciclo descendiente es absolutamente esencial para la realización espiritual.
Usted debe haber fracasado profundamente en algún nivel o experimentado una pérdida o un dolor profundo para ser llevado a la dimensión espiritual.
O quizás el mismo éxito se volvió vacío y sin significado y así resultó un fracaso.
El fracaso se esconde en cada éxito y el éxito en cada fracaso.
En este mundo, que permanecerá en el nivel de la forma, las personas "fracasan" tarde o temprano, por supuesto, y cada logro eventualmente se convierte en nada. Todas las formas son impermanentes.

Usted puede de todos modos ser activo y disfrutar el crear nuevas formas y circunstancias, pero no se identificará con ellas. No las necesita para obtener un sentido de sí mismo. No son su vida, sólo su situación vital.

Su energía física también está sujeta a ciclos. No puede estar siempre en un tope. Habrá épocas de energía baja, así como otras de energía alta.
Habrá periodos en los que usted es muy activo y creativo, pero también puede haber otros en los que todo parece estar estancado, cuando parece que usted no llega a ninguna parte, no logra nada.
Un ciclo puede durar desde unas horas hasta varios años. Hay grandes ciclos y ciclos cortos dentro de los largos.
Muchas enfermedades se producen por luchar contra los ciclos de energía baja, que son vitales para la regeneración.
La compulsión a actuar y la tendencia a derivar su sentido del propio valor y de la identidad de factores externos tales como el éxito, es una ilusión inevitable mientras usted esté identificado con la mente.
Esto le hace difícil o imposible aceptar los ciclos bajos y permitirles ser. Así, la inteligencia del organismo puede tomar el control como una medida autoprotectora y producir una enfermedad para forzarlo a detenerse, de modo que pueda tener lugar la regeneración necesaria.

La naturaleza cíclica del universo está estrechamente ligada con la impermanencia de todas las cosas y situaciones. El Buda hizo de esto una parte central de su enseñanza.
Todas las condiciones son altamente inestables y están en flujo constante, o, como él lo expresó, "la impermanencia es una característica de toda condición, de toda situación que usted pueda enfrentar en su vida. Estas cambiarán, desaparecerán o ya no le satisfarán."
La impermanencia es también fundamental en el pensamiento de Jesús: "No guarden tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen y donde los ladrones entran y roban..."

Mientras una condición se considere "buena" por la mente, sea una relación, una posesión, un papel social, un lugar o su cuerpo físico, la mente se apega a ella y se identifica con ella.
Lo hace feliz, lo hace sentirse bien consigo mismo y puede formar parte de lo que usted es, o de lo que cree que es.
Pero nada dura en esta dimensión donde la polilla y la herrumbre consumen. O termina, o cambia, o sufre un cambio de polaridad: la misma condición que era buena ayer o el año pasado, se ha vuelto mala de repente o gradualmente. La misma condición que lo hizo feliz, lo hace entonces infeliz.
La prosperidad de hoy se vuelve el consumismo vacío de mañana.
El matrimonio y la luna de miel felices se convierten en el divorcio o la coexistencia desdichada.
O la condición desaparece, así que su ausencia lo hace infeliz.

Cuando una condición o situación a la que la mente se ha apegado y con la que se ha identificado, cambia o desaparece, la mente no puede aceptarlo.
Se aferrará a la condición que desaparece y se resistirá al cambio.
Es casi como si le arrancaran un miembro del cuerpo.

A veces oímos decir que personas que han perdido todo su dinero o cuya reputación se ha arruinado, se suicidan. Estos son los casos extremos. Otros, cuando tienen una gran pérdida de un tipo u otro, simplemente se vuelven profundamente infelices o se hacen daño a sí mismos. No pueden distinguir entre su vida y su situación vital.
Hace poco leí sobre una actriz famosa que murió a los ochenta y tantos años. Cuando su belleza empezó a desvanecerse y a ser devastada por la vejez, ella se volvió desesperadamente infeliz y se recluyó. También ella se había identificado con una condición: su apariencia externa. Primero, la condición le dio un sentido feliz de sí misma, luego uno infeliz.
Si hubiera sido capaz de conectarse con la vida sin forma y sin tiempo de su interioridad, podría haber observado y permitido el marchitamiento de su forma externa desde un lugar de serenidad y paz. Más aún, su forma externa se habría vuelto cada vez más transparente a la luz de su naturaleza verdadera y sin edad que brillaba a través de ella, así que su belleza no se habría marchitado sino simplemente se habría transformado en belleza espiritual.
Sin embargo, nadie le dijo que esto era posible. El tipo de conocimiento más esencial no es todavía ampliamente accesible.

El Buda enseñó que incluso la felicidad es dukkha, una palabra pali que significa "sufrimiento" o "insatisfacción".
Es inseparable de su contrario. Esto significa que su felicidad e infelicidad son de hecho una sola cosa. Sólo la ilusión del tiempo las separa.

Esto no es ser negativo. Es simplemente reconocer la naturaleza de las cosas, de modo que no persiga una ilusión por el resto de su vida.
Tampoco es decir que no debería apreciar ya las cosas o condiciones placenteras o bellas. Pero buscar en ellas algo que no pueden dar -una identidad, un sentido de permanencia y de realización- es una receta para la frustración y el sufrimiento.
Toda la industria de la publicidad y la sociedad de consumo se derrumbarían si la gente se iluminara y dejara de buscar su identidad a través de las cosas.
Cuanto más busque la felicidad por este medio, más lo eludirá. Nada exterior lo satisfará, excepto temporal y superficialmente, pero puede que necesite experimentar muchas desilusiones antes de darse cuenta de esta verdad.
Las cosas y las condiciones externas pueden darle placer, pero no pueden darle alegría.
Nada puede darle alegría. La alegría no tiene causa y surge de adentro como alegría de Ser.
Es parte esencial del estado interior de paz, el estado que ha sido llamado la paz de Dios. Es su estado natural, no algo para lo que usted tiene que trabajar duro o que tiene que esforzarse por alcanzar.

Muchas personas nunca se dan cuenta de que no puede haber "salvación" en nada que hagan, posean o alcancen.
Los que se dan cuenta de ello a menudo se cansan del mundo y se deprimen: si nada puede darle verdadera realización, ¿qué queda para luchar por ello? ¿Qué sentido tiene todo?
El profeta del Antiguo Testamento debió llegar a tal comprensión cuando escribió: "He visto todo lo que se ha hecho bajo el sol y todo es vanidad y esforzarse contra el viento".
Cuando usted llega a este punto, está a un paso de la desesperación y a un paso de la iluminación.

Un monje budista me dijo una vez: "Todo lo que he aprendido en los veinte años que llevo de monje puedo resumirlo en una frase: todo lo que surge se desvanece. Eso es lo que sé".
Lo que quería decir, por supuesto, era esto: he aprendido a no ofrecer resistencia a lo que es; he aprendido a dejar ser al momento presente y a aceptar la naturaleza impermanente de todas las cosas y condiciones. Así he encontrado la paz.

No ofrecer resistencia a la vida es estar en un estado de gracia, sosiego y levedad.
Ese estado ya no depende de que las cosas sean buenas o malas. Parece casi paradójico, sin embargo que cuando su dependencia interior de la formas ha desaparecido (cuando ya no hay apego a las cosas o personas), las condiciones generales de su vida, las formas externas, tienden a mejorar en gran medida.
Las cosas, las personas o las condiciones que usted pensaba que necesitaba para su felicidad llegan ahora a usted sin esfuerzo de su parte y usted está libre para gozarlas y apreciarlas, mientras duren.
Todas esas cosas, por supuesto, se irán, los ciclos irán y vendrán, pero una vez desaparecida la dependencia ya no hay temor a la pérdida. La vida fluye con facilidad.

La felicidad que se deriva de una fuente secundaria nunca es muy profunda. Es sólo un pálido reflejo de la felicidad de Ser, la paz vibrante que usted encuentra en su interior cuando entra en el estado de no resistencia.
El Ser lo lleva más allá de los polos opuestos de la mente y lo libera de la dependencia de la forma.
Incluso si todo se derrumbara a su alrededor, aún sentiría un profundo núcleo interior de paz. Puede que no sea feliz, pero estará en paz.



Eckhart Tolle

26 junio 2014

EL BIEN SUPERIOR MÁS ALLÁ DEL BIEN Y DEL MAL


¿Sabe usted verdaderamente lo que es positivo y negativo?

Ha habido muchas personas para quienes la limitación, el fracaso, la pérdida, la enfermedad o el dolor en cualquier forma se convirtieron en sus mayores maestros.
Aprendieron a abandonar las falsas imágenes de sí mismos y las metas y deseos superficiales dictados por el ego. Obtuvieron profundidad, humildad y compasión. Se hicieron más reales.
Siempre que le ocurre algo negativo, hay una profunda lección escondida en ello, aunque usted no pueda verla en el momento.
Incluso una enfermedad breve o un accidente puede mostrarle lo que es real e irreal en su vida, lo que en últimas importa y lo que no.

Vistas desde una perspectiva más alta, las condiciones son siempre positivas. Para ser más preciso: no son ni positivas ni negativas. Son como son.

Y cuando usted vive en una aceptación completa de lo que es, no hay "bueno" ni "malo" en su vida.
Sólo hay un bien superior, que incluye el "mal". Visto desde la perspectiva de la mente, sin embargo, hay bien y mal, gusto y disgusto, amor y odio (dualidad).

Cuando usted está permitiendo que todo sea como es, ese "permitir ser" lo lleva más allá de la mente con sus patrones de resistencia que crean las polaridades positiva y negativa.


Recuerde que no estamos hablando de felicidad aquí.
Por ejemplo, cuando acaba de morir un ser amado o cuando siente que su propia muerte se aproxima, usted no puede ser feliz. Es imposible. Pero puede estar en paz. Puede haber tristeza y lágrimas, pero en caso de que haya abandonado la resistencia, bajo la tristeza usted sentirá una profunda serenidad, una quietud, una presencia sagrada. Esa es la emanación del Ser, esa es la paz interior, el bien que no tiene contrario.

La aceptación lo libera inmediatamente del dominio de su mente y así lo vuelve a conectar con el Ser.

Como resultado, las motivaciones habituales del ego para "actuar" -el miedo, la codicia, el control, la defensa o alimentación del falso sentido de sí mismo- dejarán de operar.
Ahora está al mando una inteligencia mucho mayor que la mente, y por lo tanto fluirá en su actuación una calidad diferente de conciencia.
"Acepta lo que venga tejido en el diseño de tu destino porque, ¿qué podría acomodarse más adecuadamente a tus necesidades?".

Parece que la mayoría de las personas necesitan experimentar mucho sufrimiento antes de abandonar la resistencia y aceptar, antes de perdonar. En cuanto lo hacen, ocurre uno de los mayores milagros: el despertar de la conciencia del Ser a través de lo que parece ser el mal, la transmutación del sufrimiento en paz interior.
Por medio del perdón, que esencialmente consiste en reconocer la insustancialidad del pasado y permitir al momento presente ser como es, el milagro de la transformación ocurre no sólo interiormente sino exteriormente.
Surge un espacio silencioso de intensa presencia en usted y a su alrededor. Cualquier persona o cosa que penetre en ese campo de conciencia será afectado por él.
Usted disuelve la discordia, cura el dolor, disipa la inconsciencia -sin hacer nada-, simplemente siendo y manteniendo esa frecuencia de intensa presencia.

Eckhart Tolle

21 junio 2014

LAS RELACIONES COMO PRÁCTICA ESPIRITUAL


Mientras el modo de conciencia egotista y todas las estructuras sociales, políticas y económicas que éste creó entran en su etapa final y se destruyen, las relaciones entre hombres y mujeres reflejan el profundo estado de crisis en el que la humanidad se encuentra ahora.
En la medida en que los humanos se han ido identificando cada vez más con la mente (ego), la mayoría de las relaciones no se arraigan en el Ser y así se convierten en una fuente de dolor y permanecen dominadas por los problemas y el conflicto.
Ahora hay millones de personas que viven solas o como padres solteros, incapaces de establecer una relación íntima o renuentes a repetir el drama demente de las relaciones pasadas.
Otros saltan de una relación a otra, de un ciclo de placer y dolor a otro, en busca de la meta esquiva de realización a través de la unión con la polaridad de energía contraria.
Otros se comprometen y continúan juntos en una relación disfuncional -en la que prevalece la negatividad- por el bien de los hijos, por la seguridad, la fuerza de la costumbre, el miedo a estar solos o algún otro arreglo "beneficioso", o incluso por la adicción inconsciente a la excitación del drama emocional y el dolor.

Sin embargo, cada crisis supone no sólo un peligro sino también una oportunidad.
Si las relaciones energizan y magnifican los patrones de la mente egotista y activan el cuerpo del dolor, como ocurre en estos tiempos, ¿por qué no aceptar este hecho más que tratar de escapar de él?
¿Por qué no cooperar con él en lugar de evitar las relaciones o continuar persiguiendo el fantasma de un compañero ideal como respuesta a sus problemas o como un medio de sentirse realizado?
La oportunidad que está oculta en cada crisis no se manifiesta hasta que todos los hechos de una situación dada se reconocen y aceptan completamente.
Mientras usted los niegue, mientras trate de escapar de ellos o desee que las cosas sean diferentes, la ventana de la oportunidad no se abrirá, y usted permanecerá atrapado en esa situación, que continuará siendo la misma o se deteriorará más.

El reconocimiento y la aceptación de los hechos traen consigo un cierto grado de libertad. 
Por ejemplo, cuando usted sabe que no hay armonía y se da cuenta de ese hecho, a través de ese conocimiento ha aparecido un nuevo factor y la falta de armonía no puede permanecer sin cambiar.
Cuando usted sabe que no está en paz, su conocimiento crea un espacio tranquilo que rodea a su falta de paz en un abrazo amoroso y tierno que la transmuta y la convierte en paz.
En cuanto a la transformación interior, no hay nada que usted pueda hacer. No puede transformarse a sí mismo, y ciertamente no puede transformar a su pareja ni a ninguna otra persona. 
Todo lo que usted puede hacer es crear un espacio para que ocurra la transformación, para que entren la gracia y el amor.

Así pues, siempre que su relación no funcione, siempre que lo "enloquezca" a usted y a su pareja, alégrese. Lo que era inconsciente está saliendo a la luz. Es una oportunidad de salvación.
Todo el tiempo esté consciente de ese momento, particularmente de su estado interior. Si hay rabia, sepa que hay rabia. Si hay celos, actitud defensiva, impulso de discutir, necesidad de tener la razón, una frialdad interior que pide amor y atención, o dolor emocional de cualquier tipo, lo que sea, conozca la realidad de ese momento y esté atento a ese conocimiento.
La relación entonces se volverá su sadhana, su práctica espiritual.


Si usted observa una conducta inconsciente en su compañero, manténgala dentro del abrazo amoroso de su conocimiento para no reaccionar.

Si usted reacciona ante la inconsciencia de su compañero, se vuelve inconsciente también. Pero si en ese momento se acuerda de conocer su reacción, nada se ha perdido.
La forma de energía que hay tras la hostilidad y el ataque encuentra la presencia del amor absolutamente intolerable.

La humanidad está bajo una gran presión de evolucionar porque es nuestra única oportunidad de sobrevivir como especie.
Esto afecta todos los aspectos de su vida y las relaciones cercanas en particular.
Las relaciones nunca antes han sido tan problemáticas ni han estado tan cargadas de conflicto como ahora.
Como habrá notado, su objetivo no es hacerlo feliz o realizarlo.
Si usted continúa persiguiendo la meta de la salvación a través de una relación, se desilusionará una y otra vez.
Pero si usted acepta que la relación es para hacerlo consciente en lugar de feliz, entonces sí le ofrecerá salvación y usted se sintonizará con la conciencia superior que quiere nacer en este mundo.
Para quienes se aferran a los patrones antiguos, habrá cada vez más dolor, violencia, confusión y locura.


Si su pareja está todavía identificado con la mente y el cuerpo del dolor mientras que usted ya es libre, esto representará un reto mayor, no para usted sino para su pareja.
No es fácil vivir con una persona iluminada, o más bien, es tan fácil que el ego lo encuentra extremadamente amenazador.
Recuerde que el ego necesita problemas, conflicto y enemigos para fortalecer la sensación de separación de la que depende su identidad.
La mente del compañero no iluminado se sentirá profundamente frustrada porque sus posiciones fijas no encuentran resistencia, lo que significa que se tambalean y se debilitan e incluso corren "peligro" de derrumbarse completamente, lo que produciría la pérdida de la identidad.
El cuerpo del dolor está pidiendo retroalimentación sin recibirla. La necesidad de discusión, de drama y de conflicto no se satisface.

Pero atención: algunas personas que no responden, que se encierran, que son insensibles o están desconectadas de sus sentimientos pueden pensar, y convencer a los demás, de que son iluminadas, o al menos de que no hay "nada malo" en ellas y todo lo malo está en su compañero.
Si no hay una emanación de amor y alegría, presencia completa y apertura hacia todos los seres, entonces no hay iluminación.


Otro indicador es cómo actúa una persona en situaciones difíciles o amenazadoras o cuando las cosas "van mal".
Si su "iluminación" es autoengaño del ego, entonces la vida pronto le ofrecerá un reto que sacará a flote su falta de conciencia en cualquier forma, como miedo, ira, actitud defensiva, juicio, depresión, etc.
Si usted sostiene una relación, muchos de los retos le llegarán a través de su pareja.

Si usted está habitualmente, o al menos la mayoría de las veces, presente en su relación, este será el mayor reto para su compañero.

No podrá tolerar su presencia durante mucho tiempo y permanecer inconsciente. Si está listo, cruzará la puerta que usted le abrió y se unirá a usted en ese estado. Si no lo está, se separarán como el agua y el aceite.
La luz es demasiado dolorosa para el que quiere permanecer en la oscuridad.

Eckhart Tolle

19 junio 2014

DE LAS RELACIONES ADICTIVAS A LAS RELACIONES ILUMINADAS


RELACIONES ADICTIVAS

Si en sus relaciones usted experimenta "amor" y el contrario de éste (ataque, violencia emocional, etc), es probable que esté confundiendo el amor con el apego del ego y la dependencia adictiva.
Usted no puede amar a su pareja un momento y atacarla al siguiente.
El verdadero amor no tiene contrario. 
Si su "amor" tiene un contrario, entonces no es amor sino una fuerte necesidad del ego de un sentido más profundo y completo de sí mismo, una necesidad que la otra persona llena temporalmente.
Es el sustituto del ego para la salvación y por un corto tiempo casi se siente como la salvación.
Pero llega un punto en el que su pareja actúa de forma que deja de llenar sus necesidades, o más bien las de su ego. Los sentimientos de temor, dolor y carencia, que son una parte intrínseca de la conciencia egotista pero que habían sido ocultados por la "relación amorosa", ahora salen a la superficie.
Igual que con cualquier otra adicción, usted está en un punto alto cuando la droga está disponible, pero invariablemente llega un momento en que la droga ya no le hace efecto.
Cuando vuelven a aparecer esos sentimientos dolorosos, usted los siente incluso con más fuerza que antes, más aún, ahora percibe a su pareja como la causa de esos sentimientos.
Esto quiere decir que los proyecta hacia afuera y ataca al otro con toda la violencia salvaje que es parte de su dolor.
Este ataque puede despertar el dolor de la pareja y él o ella puede contraatacarlo.
En ese punto el ego todavía espera inconscientemente que su ataque o sus intentos de manipulación serán suficiente castigo para inducir a su pareja a cambiar su conducta, de modo que pueda usarla de nuevo como protección de su dolor.

Toda adicción comienza con dolor y termina con dolor. 
No importa a qué sustancia sea usted adicto (alcohol, comida, drogas legales o ilegales, o una persona), usted está usando algo o a alguien para ocultar su dolor.
Por eso, después de que la euforia inicial ha pasado, hay tanta infelicidad, tanto dolor en las relaciones íntimas.
Las relaciones no producen dolor o infelicidad, sino que sacan a la luz el dolor y la infelicidad que ya hay en usted.
Toda adicción hace eso. Toda adicción llega a un punto en el que ya no funciona para usted y entonces usted siente el dolor más intensamente que nunca.

Esa es una de las razones por las que la mayoría de las personas están siempre intentando escapar del momento presente y buscando algún tipo de salvación en el futuro.

Lo primero que podrían encontrar si enfocaran su atención en el Ahora es su propio dolor y eso es lo que temen.
Evadir las relaciones en un intento por evitar el dolor no es la solución tampoco. El dolor está ahí de todos modos. 
Es más probable que tres relaciones fallidas en tres años lo obliguen a despertar, que tres años en una isla desierta o aislado en su habitación. Pero si pudiera traer intensa presencia a su soledad, eso también funcionaría para usted.


RELACIONES ILUMINDAS, DE AMOR VERDADERO


¿Podemos convertir una relación adictiva en una verdadera?


Sí. Estando presentes e intensificando la presencia al prestar atención más profundamente al Ahora: sea que usted viva solo o con una pareja, esa sigue siendo la clave.
Para que el amor florezca, la luz de su presencia debe ser lo suficientemente fuerte para que no vuelva a ser dominado por el pensador o el cuerpo del dolor y los confunda con quien es usted.
Conocerse a sí mismo como el Ser que hay bajo el pensador, la quietud que hay bajo el ruido mental, el amor y la alegría que hay bajo el dolor, es libertad, salvación, iluminación.
Dejar de identificarse con el cuerpo del dolor es traer presencia al dolor y así transmutarlo.
Dejar de identificarse con el pensamiento es ser el observador silencioso de sus pensamientos y su conducta, especialmente los patrones repetitivos de su mente y los roles representados por el ego.

Si usted deja de darle "identidad", la mente pierde su calidad compulsiva, que básicamente es el impulso de juzgar y así resistirse a lo que es, que crea conflicto, drama y dolor nuevo.

En el momento en el que el juicio se detiene por la aceptación de lo que es, usted está libre de la mente.
Usted ha dejado sitio para el amor, para la alegría, para la paz.
Primero usted deja de juzgarse a sí mismo: después deja de juzgar a su pareja.

El mayor catalizador para el cambio en una relación es la aceptación completa de su pareja como es, sin necesidad de juzgar o de cambiarla de ninguna manera. 
Esto lo lleva a usted inmediatamente más allá del ego.
Todos los juegos de la mente y todo apego adictivo se acaban entonces.
No hay más víctimas ni victimarios, ni acusadores y acusados.
Este es también el final de toda dependencia mutua, de ser arrastrado a los patrones inconscientes de otro y por lo tanto hacer posible que continúen.
Ustedes entonces, o bien se separarán (en el amor) o entrarán juntos más profundamente en el Ahora, en el Ser.
¿Puede ser tan simple? Sí, es así de simple.

El amor es un estado del Ser.

Su amor no está afuera: está profundamente dentro de usted. Usted nunca puede perderlo y él no puede dejarlo.
No depende de otro cuerpo, de otra forma externa.
En la quietud de su presencia usted puede sentir su propia realidad sin forma y sin tiempo como la vida no manifestada que anima su forma física.
Usted puede entonces sentir la misma vida en lo profundo de todos los demás seres humanos y de todas las criaturas.
Usted mira más allá del velo de la forma y la separación. Esa es la realización de la unidad. Ese es el amor.

¿Qué es Dios?
La Vida Una eterna bajo todas las formas de la vida.
¿Qué es el amor?
Sentir la presencia de esta Vida Una en lo profundo de sí mismo y de todas las criaturas.
Ser eso. Por lo tanto, todo amor es el amor de Dios.

El amor no es selectivo, lo mismo que la luz del sol no es selectiva. No convierte a una persona en especial. No es exclusivo.
La exclusividad no es el amor de Dios sino el "amor" del ego.
Sin embargo, la intensidad con la cual el verdadero amor se siente puede variar. Puede haber una persona que refleja su amor más clara e intensamente que las demás. Y si esa persona siente lo mismo hacia usted, se puede decir que usted está en una relación amorosa con ella o él.
El lazo que lo conecta con esa persona es el mismo que lo conecta con la persona que se sienta a su lado en el autobús, o con un pájaro, un árbol, una flor. Sólo que el grado de intensidad con el cual se siente es diferente.

Incluso en una relación que es adictiva en otros sentidos, puede haber momentos en los que algo más real brilla, algo más allá de sus necesidades adictivas mutuas. 
Esos son momentos en los que su mente y la de su pareja brevemente se calman y el cuerpo del dolor está temporalmente en un estado latente. 
Esto puede ocurrir a veces durante la intimidad física. O cuando los dos están presenciando el milagro del nacimiento de un niño, o en presencia de la muerte, o cuando uno de los dos está gravemente enfermo, cualquier cosa que vuelva la mente carente de poder.
Cuando esto ocurre, su Ser, que está habitualmente enterrado bajo la mente, se revela y es eso lo que hace posible la verdadera comunicación.
La comunicación es comunión, la realización de la unidad, que es amor.
Habitualmente, esto se pierde de nuevo muy rápido a menos que usted sea capaz de permanecer suficientemente presente para mantener fuera la mente y sus patrones.
En cuanto la mente y la identificación con ella retornan, usted ya no es usted mismo sino una imagen mental de usted mismo, y empieza a representar papeles de nuevo para llenar las necesidades de su ego.
Usted es una mente humana de nuevo que aparenta ser un ser humano, interactuando con otra mente, representando un drama llamado "amor".

Aunque son posibles breves atisbos, el amor no puede florecer a menos que usted esté permanentemente libre de la identificación con la mente y su presencia sea lo suficientemente intensa para haber disuelto el cuerpo del dolor, o al menos pueda permanecer presente como el observador.
El cuerpo del dolor no puede dominarlo entonces y volverse así destructor del amor.

Eckhart Tolle

17 junio 2014

VIVIR UN AMOR A DOS EN LA NUEVA CONCIENCIA


Hasta hace poco, las relaciones de pareja y el enamoramiento que hemos vivido y experimentado, se ha basado en la vieja consciencia.
Cuando dos personas están enamoradas, desean estar juntas, forman una pareja, y comparten juntas a nivel del mundo físico (a un nivel de los 5 sentidos).
La sexualidad en la vieja conciencia es cuando las dos personas enamoradas se funden a través del coito, penetración, y se busca el disfrute, el gozo y sentir el amor a través del cuerpo físico. Se crea un vínculo energético, ya que las energías de las dos personas se funden en una sola.
Este tipo de amor, que aún abunda muchísimo en todo el mundo, es muy diferente al " en amor a dos" de la Nueva Conciencia.

En la Nueva Conciencia, el Ser ha llegado a un estado de conciencia diferente. Ni mejor ni peor que el estado de la vieja conciencia, simplemente distinto.
La persona, cuando siente el "en amor a dos" con otra persona, lo vive sin perder su propia libertad. Es decir, ya no desea establecer una relación de pareja, pues esto le hace sentir "atado" y "agobiado" y puede sentir que pierde su libertad. 
El Ser de la Nueva Conciencia vive el amor a dos dando espacio y libertad totalmente a él mismo y a la otra persona. Normalmente no se necesita establecer una relación de pareja (yo te poseo a ti y tú me posees a mi), ni se reclama que el otro te de amor.
Hay un sentimiento muy profundo por la otra persona, una fuerte atracción, pero no es a nivel físico, sino a nivel espiritual, álmica.
Los ojos son el punto por el cual se transmite este amor profundo, las miradas, los gestos, las palabras, incluso el estar presente, sin hacer nada más, solo sentir la energía del otro y gozar y llenarte de ella.
La sexualidad de la Nueva Conciencia ya no es una sexualidad que busca el placer físico de la fusión de los cuerpos, tampoco se busca la penetración, y por supuesto, el objetivo no es el orgasmo.
En la Nueva Conciencia, la sexualidad no se basa en estos puntos mencionados, sino que tan solo con una mirada, una sonrisa, puedes llenarte tanto de amor de la otra persona, que ya no necesitas nada más, no necesitas llegar al acto sexual tradicional (con penetración). 

El Amor a dos de la Nueva Conciencia es un amor liberador, un amor que comprende tu propia libertad y la libertad del otro, por tanto no hay posesión, no suele haber apenas relación, y si la hay, las dos personas van a darse todo el espacio y libertad, respeto y confianza que necesitan.
Es un dar amor al otro, no es pedir que te de amor (esto es mendigar), pues cuando el Ser está lleno de amor, simplemente lo da, por el placer y gozo que le produce darlo.

Un abrazo dado con todo el corazón, un gesto de amabilidad, un intercambio de palabras, una sonrisa y una mirada te pueden llenar tanto que ya no necesitas nada más.
En la Nueva Conciencia, el Ser Es, y no necesita poseer, no necesita experimentar el amor a dos a través de lo físico (cuerpo físico), sino que se siente con el corazón y se expresa y se da con el alma a través de los ojos, los gestos, las palabras y la propia presencia de estar cerca del otro.

Camino al despertar

16 junio 2014

LAS PUERTAS PARA ACCEDER CONSCIENTEMENTE A LA DIVINIDAD



Usted se funde con la Fuente (Divinidad) cada noche cuando entra en la fase de dormir profundo sin sueños. Usted hace un viaje a lo No Manifestado.
Extrae de la Fuente la energía vital que lo sostiene por un tiempo cuando regresa a lo manifestado, al mundo de las formas.
Esta energía es mucho más vital que la comida.
Pero en el dormir sin sueños, usted no entra en ella conscientemente. Aunque las funciones corporales están operando todavía, usted ya no existe en ese estado.

Lo No Manifestado no lo libera hasta que entra en ello conscientemente.
Por eso Jesús no dijo: la verdad los hará libres, sino más bien: "Ustedes conocerán la verdad y la verdad los hará libres". No es una verdad conceptual. Es la verdad de la vida eterna más allá de la forma, que se conoce directamente o no se conoce.
Pero no intente permanecer consciente en el dormir sin sueños. Es muy poco probable que lo logre.
Como mucho, puede que permanezca consciente durante la fase de los sueños, pero no más allá de eso.
Esto se llama un soñar lúcido, que puede ser interesante y fascinante, pero no liberador.

Así pues, use su cuerpo interior (el Ser) como un portal a través del cual usted entra en lo No Manifestado (la Divinidad, la Conciencia) y mantenga ese portal abierto para mantenerse conectado con la Fuente en toda ocasión.
 

Puede hacerlo utilizando las siguientes puertas:

1. El Ahora puede considerarse la puerta principal.
Usted no puede estar en su cuerpo sin estar intensamente presente en el Ahora.
El tiempo y lo manifestado están ligados tan inextricablemente como lo están el Ahora sin tiempo y lo No Manifestado.
Cuando usted disuelve el tiempo psicológico por medio de la conciencia intensa del momento presente, usted se vuelve consciente de lo No Manifestado, tanto directa como indirectamente.
Directamente, lo siente como la irradiación y el poder de su presencia consciente, sin contenido, sólo presencia.
Indirectamente, usted es consciente de lo No Manifestado a través del reino sensorial. En otras palabras, usted siente la esencia de Dios en cada criatura, en cada flor, en cada piedra y usted comprende "Todo lo que es, es santo (divinidad)".


2. Otra puerta a lo No Manifestado se produce dejando de pensar.
Esto puede empezar con algo muy sencillo, como hacer una respiración consciente o mirar una flor en un estado de alerta intensa, de modo que no haya un comentario mental al mismo tiempo. De eso se trata fundamentalmente la meditación.
El pensamiento es parte del reino de lo manifestado. La actividad mental continua lo mantiene aprisionado en el mundo de las formas y se convierte en una pantalla opaca que le impide hacerse consciente de lo No Manifestado, de la esencia sin forma y sin tiempo de Dios que hay en usted y en todas las formas y las criaturas.
Cuando usted está intensamente presente, no necesita preocuparse de la detención del pensamiento, por supuesto, porque entonces la mente se detiene automáticamente.


3. La entrega -el abandono de la resistencia mental-emocional a lo que es (rendirte a tu Ser y aceptar lo que Es)- también se convierte en una puerta hacia lo No Manifestado.
La razón para ello es sencilla: la resistencia interior lo separa de las demás personas, de usted mismo, del mundo que lo rodea. Fortalece la sensación de separación de la que el ego depende para su supervivencia. Cuanto más fuerte es la sensación de separación, más atado está usted al mundo de lo manifestado, al mundo de las formas separadas. Cuanto más atado está al mundo de la forma, la puerta está cerrada y usted está separado de la dimensión interior, de la dimensión de la profundidad.
En el estado de entrega, su identidad formal se suaviza y se vuelve en cierta forma "transparente", por decirlo así, de modo que lo No Manifestado puede brillar a través de usted.


Depende de usted abrir una puerta en su vida que le dé acceso consciente a lo No Manifestado. Entre en contacto con el campo de energía del cuerpo interior, esté intensamente presente, deje de identificarse con la mente, entréguese a lo que es, esas son todas las puertas que puede usar, pero sólo necesita usar una.


El amor no es una puerta; es lo que entra en este mundo a través de ella. Mientras esté completamente atrapado en su identidad formal, no puede haber amor.
Su tarea no es buscar amor sino encontrar una puerta a través de la cual el amor pueda entrar.


Eckhart Tolle

14 junio 2014

LAS CLAVES DEL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA



La clave es estar en un estado de conexión permanente con su cuerpo interior, sentirlo en todo momento. Esto dará rápidamente profundidad a su vida y la transformará.
Cuanta más conciencia dirija hacia el cuerpo interior, más alta se vuelve la frecuencia de vibraciones, muy similar a una luz que se vuelve más brillante según usted suba el botón regulador y aumente así el flujo de electricidad.
A este nivel de energía más alto, la negatividad no puede afectarlo ya y usted tiende a atraer nuevas circunstancias que reflejan esa frecuencia más alta.

Si usted mantiene su atención en el cuerpo lo más posible, estará anclado en el Ahora.
No se perderá en el mundo externo ni en su mente. Los pensamientos y las emociones, los miedos y los deseos, pueden estar aún ahí en cierta medida, pero no lo dominarán.
Examine dónde está su atención en este momento. Usted me está escuchando o está leyendo estas palabras en un libro. Ese es el punto de su atención.
También es consciente periféricamente de lo que le rodea, de las demás personas, etc. Además puede haber cierta actividad de la mente sobre lo que usted está oyendo o leyendo, algún comentario mental. Sin embargo no hay necesidad de que nada de esto absorba toda su atención.

Observe si puede estar en contacto con su cuerpo interior al mismo tiempo. Conserve parte de su atención dentro. No la deje fluir afuera. Sienta la totalidad de su cuerpo desde dentro, como un único campo de energía. Es casi como si estuviera escuchando o leyendo con todo su cuerpo. 

No conceda toda su atención a la mente y al mundo exterior. Concéntrese por todos los medios en lo que está haciendo, pero sienta el cuerpo interior al mismo tiempo siempre que sea posible.
Permanezca arraigado en su interior. Entonces observe cómo cambia su estado de conciencia y la calidad de lo que está haciendo.
Practique esto en los próximos días o semanas.
Siempre que esté esperando, dondequiera que sea, emplee ese tiempo en sentir el cuerpo interior. De esta forma los embotellamientos de tráfico y las colas se vuelven muy agradables.
En lugar de proyectarse fuera del Ahora, entre más profundamente en él al profundizar más en el cuerpo.

El arte de la conciencia del cuerpo interior se desarrollará en un modo de vivir completamente nuevo, un estado de unión permanente con el Ser y añadirá una profundidad a su vida que no ha conocido antes.

Es fácil permanecer presente como el observador de su mente cuando está profundamente arraigado en su cuerpo. No importa lo que ocurra en el exterior, nada puede hacerlo temblar ya.

A menos que usted esté presente -y habitar su cuerpo es siempre un aspecto esencial en ello- continuará siendo dominado por su mente. El guión que hay en su cabeza y que aprendió hace mucho tiempo, el condicionamiento de su mente, decidirá su pensamiento y su conducta. Puede que usted se libre de él por breves intervalos, pero rara vez por mucho tiempo. Esto es especialmente cierto cuando algo "anda mal" o hay alguna pérdida o un trastorno. Su reacción condicionada será entonces involuntaria, automática y predecible, alimentada por la única emoción básica que subyace en el estado de conciencia de identificación con la mente: el miedo.


Así que cuando lleguen esos retos, como siempre llegan, convierta en un hábito entrar dentro de usted de inmediato y concentrarse lo más que pueda en el campo de energía interior de su cuerpo.
Esto no tiene que tomar mucho tiempo, sólo unos segundos. Pero necesita hacerlo en el momento en que se presenta el reto. Cualquier demora permitirá que surja una reacción mental-emocional condicionada y se apodere de usted.

Cuando usted se concentra en su interior y siente el cuerpo interior, inmediatamente se vuelve tranquilo y presente pues está retirando la conciencia de la mente.
Si se requiere una respuesta en esa situación, vendrá de este nivel más profundo. Hay infinitamente más inteligencia en el Ser que en su mente.
Mientras esté en contacto consciente con su cuerpo interior, usted es como un árbol que está profundamente arraigado en la tierra.


"Me sentí muy incómodo cuando traté de poner mi atención en el cuerpo interior. Había una sensación de agitación o náusea. Por ello no he podido experimentar eso de lo que habla."

Lo que usted sintió fue una emoción que estaba ahí, de la que probablemente no era consciente, hasta que empezó a prestar atención al cuerpo.
A menos que le preste atención antes, la emoción le impedirá tener acceso al cuerpo interior, que está a un nivel más profundo bajo ella.
Atención no significa que empiece a pensar en ella. Significa solamente observar la emoción, sentirla plenamente y así reconocerla y aceptarla como es.
Algunas emociones se identifican fácilmente: ira, temor, tristeza, etc. Otras pueden ser mucho más difíciles de clasificar.
En cualquier caso, lo que importa no es si usted puede ponerles una etiqueta mental, sino si puede traer la sensación de la misma a la conciencia lo más posible.

La atención es la clave de la transformación y una atención plena también implica aceptación.
La atención es como un haz de luz, el poder concentrado de su conciencia que lo transmuta todo en sí misma.

En un organismo completamente funcional, una emoción tiene un lapso de vida muy corto. Es como una pequeña arruga u ola en la superficie del Ser. Cuando usted no está en su cuerpo, sin embargo, una emoción puede sobrevivir en usted durante días o semanas o unirse con otras emociones de frecuencia similar que se han fundido y se convierten en el cuerpo del dolor, un parásito que puede vivir dentro de usted durante años, alimentarse de su energía, llevar a la enfermedad física y hacer su vida desdichada.

Así pues, ponga su atención en sentir la emoción y compruebe si su mente se está aferrando a un patrón de queja como la censura, la autocompasión o el resentimiento, que alimentan la emoción.
Si ese es el caso, significa que usted no ha perdonado.
La falta de perdón es a menudo hacia otra persona o hacia usted, pero puede ser hacia cualquier situación o condición -pasada, presente o futura- que su mente rehúsa aceptar.
El perdón es abandonar la queja y dejar ir la tristeza.
Ocurre naturalmente una vez usted se da cuenta de que su queja no tiene ningún propósito excepto fortalecer un falso sentido de uno mismo.

En el momento en que usted de verdad perdona, ha recuperado el poder que estaba en su mente.
La falta de perdón es la misma naturaleza de la mente, igual que el falso ser hecho por la mente, el ego, no puede sobrevivir sin lucha y conflicto. La mente no puede perdonar. Sólo usted puede.
Usted se hace presente, entra en su cuerpo, siente la paz y quietud vibrantes que emanan del Ser.

Eckhart Tolle

11 junio 2014

LA EVOLUCIÓN DE LA CONSCIENCIA



"Parece implicar que el Ser, la última realidad trascendente, no está todavía completa, que está experimentando un proceso de desarrollo.
¿Necesita "Dios" (La Conciencia) tiempo para el crecimiento personal?"

Sí, pero sólo visto desde la perspectiva limitada del universo manifiesto.
En la Biblia Dios declara: "Soy el Alfa y el Omega y soy el Viviente".
En el reino atemporal en el que Dios mora, que es también su hogar, el principio y el fin, el Alfa y el Omega, son uno y la esencia de todo lo que siempre ha sido y siempre será, es eternamente presente en un estado no manifiesto de unidad y perfección, totalmente más allá de lo que la mente humana pueda nunca imaginar o comprender.

En nuestro mundo de formas aparentemente separadas, sin embargo, la perfección atemporal es un concepto inconcebible.
Aquí, incluso la conciencia, que es la luz que emana de la Fuente eterna, parece estar sujeta a un proceso de desarrollo, pero esto es debido a nuestra percepción limitada.
No es así en términos absolutos. Sin embargo, permítame continuar hablando por un momento sobre la evolución de la conciencia en este mundo.

Todo lo que existe tiene Ser, tiene esencia divina, tiene algún grado de conciencia.
Incluso una piedra tiene conciencia rudimentaria; de lo contrario, no sería y sus átomos y moléculas se dispersarían. Todo está vivo.
El sol, la tierra, las plantas, los animales, los seres humanos, todos son expresiones de conciencia en diferentes grados, la conciencia que se manifiesta como forma.
El mundo surge cuando la conciencia toma formas, formas de pensamiento y formas materiales. Observe los millones de formas de vida sólo en este planeta. En el mar, en la tierra, en el aire, y después cada forma de vida se replica millones de veces.
¿Con qué fin? ¿Alguien o algo está jugando un juego, un juego con la forma?
Esto fue lo que los antiguos videntes de la India se preguntaron a sí mismos. Vieron el mundo como lila, una especie de juego divino que Dios está jugando.

Las formas de vida individual obviamente no son muy importantes en este juego.

En el mar, la mayoría de formas de vida no sobreviven más de unos minutos después de nacer.
Incluso la forma humana vuelve al polvo bastante rápidamente y cuando se ha ido es como si nunca hubiera sido. ¿Es esto trágico o cruel?
Sólo si usted crea una identidad separada para cada forma, si usted olvida que su conciencia es esencia divina expresándose a sí misma en la forma.
Pero usted no sabe realmente eso hasta que realiza su propia esencia divina como pura conciencia.


Si nace un pez en su acuario y usted lo llama John, escribe un certificado de nacimiento, le cuenta sobre su historia familiar y dos minutos más tarde se lo come otro pez, eso es trágico. Pero solamente es trágico porque usted proyectó un ser separado donde no lo había. Usted agarró una fracción de un proceso dinámico, una danza molecular y la convirtió en una entidad separada.

La conciencia toma el disfraz de las formas hasta que éstas alcanzan tal complejidad que se pierde completamente en ellas.

En los seres humanos actuales, la conciencia está completamente identificada con su disfraz. Sólo se conoce a sí misma como forma y por lo tanto vive en el temor de la aniquilación de su forma física o psicológica.
Esta es la mente egotista (ego), y este es el punto en el que se establece una disfunción considerable.
Ahora parece como si algo hubiera salido muy mal en algún punto a lo largo de la línea de la evolución. Pero incluso esto es parte de lila, el juego divino.


Finalmente, la presión del sufrimiento creado por esta disfunción aparente, fuerza a la conciencia a desidentificarse de la forma y la despierta de su sueño de forma: vuelve a recuperar auto-conciencia, pero a un nivel mucho más profundo que cuando la perdió.


Este proceso lo explica Jesús en su parábola del hijo pródigo, que deja el hogar de su padre, dilapida su fortuna, se convierte en un mendigo, y después es forzado por su sufrimiento a volver a casa. Cuando lo hace su padre lo ama más que antes.
El estado del hijo es el mismo que antes, sin embargo no es el mismo. Tiene añadida una dimensión de profundidad.
La parábola describe un viaje desde la perfección inconsciente, a través de la imperfección y del "mal" aparentes, hacia la perfección consciente.




¿Puede ver ahora el significado más profundo y más amplio de volverse presente como el observador de su mente?
Siempre que usted observa la mente, retira la conciencia de las formas mentales, entonces se convierte en lo que llamamos el observador o el testigo.

En consecuencia, el observador -pura conciencia más allá de la forma- se vuelve más fuerte y las formaciones mentales se vuelven más débiles.
Cuando hablamos de observar la mente estamos personalizando un evento que es de significación cósmica: a través de usted, la conciencia está despertando de su sueño de identificación con la forma y retirándose de ella.
Esto prefigura y al tiempo forma parte de un evento que está probablemente todavía en el futuro lejano, en lo que concierne al tiempo cronológico. El evento es llamado el fin del mundo.


Cuando la conciencia se libera de su identificación con las formas físicas y mentales, se vuelve lo que podemos llamar conciencia pura o iluminada, o presencia.

Esto ha ocurrido ya en algunos individuos y parece destinado a ocurrir pronto en una escala mucho mayor, aunque no hay garantía absoluta de que ocurrirá. La mayoría de los seres humanos están todavía en las garras del modo egótico de conciencia: identificados con su mente y dominados por ella. Si no se liberan de su mente a tiempo, serán destruidos por ella.
Experimentarán confusión, conflicto, violencia, enfermedad, desesperación y locura cada vez mayores.
La mente egotista se ha vuelto como un barco que se hunde. Si usted no lo abandona, se hundirá con él.
La mente egotista colectiva (ego colectivo) es la entidad más peligrosamente demente y destructiva que jamás habitó este planeta. ¿Qué cree que pasará en este planeta si la conciencia humana no cambia?


Para la mayoría de los humanos, el único respiro de sus mentes que encuentran ya, es pasar ocasionalmente a un nivel de conciencia por debajo del pensamiento. Todo el mundo lo alcanza todas las noches durante el sueño. Pero también ocurre hasta cierto punto a través del sexo, el alcohol y otras drogas que suprimen la actividad mental excesiva.
Si no fuera por el alcohol, los tranquilizantes, los antidepresivos así como las drogas ilegales, que son todos consumidos en grandes cantidades, la demencia de la mente humana sería aún mucho más evidente de lo que lo es ya.

Estas drogas, por supuesto, simplemente mantienen atascadas a las personas en la disfunción. Su uso extendido sólo dilata la quiebra de las viejas estructuras mentales y la emergencia de una conciencia más alta.
Aunque los consumidores individuales pueden encontrar cierto alivio de la tortura diaria que les inflige su mente, la droga les impide generar suficiente presencia consciente para elevarse por encima del pensamiento y encontrar así la verdadera liberación.


Volver a caer en un nivel de conciencia por debajo de la mente, que es el nivel de prepensamiento de nuestros ancestros distantes y de los animales y las plantas, no es una opción para nosotros. No hay forma de dar marcha atrás. Si la raza humana ha de sobrevivir, tendrá que avanzar al siguiente nivel.
La conciencia está evolucionando en todo el universo en billones de formas.
Así, incluso si no lo lográramos, no importaría en una escala cósmica. Nunca se pierde una ganancia en conciencia, así que simplemente se expresaría a través de alguna otra forma.
Pero el mismo hecho de que yo esté hablando aquí y usted esté escuchando o leyendo esto, es un signo claro de que la nueva conciencia está ganado terreno en el planeta.


El silencio es un portador aún más potente, así que cuando lea esto o me oiga hablar, hágase consciente del silencio que hay entre y bajo las palabras. Sea consciente de las brechas.
Oír el silencio, dondequiera que esté, es una forma fácil y directa de hacerse presente.

Incluso si hay ruido, hay siempre silencio bajo y entre los sonidos.
Oír el silencio crea inmediatamente quietud dentro de usted.
Sólo la quietud que hay dentro de usted puede percibir el silencio exterior.
¿Y qué es la quietud sino presencia, consciencia liberada de las formas de pensamiento?
Aquí está la realización viviente de lo que hemos estado hablando.


Eckhart Tolle