28 diciembre 2014

EL LILA DE DIOS



La alegría de Ser es la alegría de ser consciente.
La consciencia (el Ser) es ya consciente. Es lo no manifestado, lo eterno.
El universo, en cambio, solo gradualmente se está volviendo consciente.
La consciencia misma (el Ser) es ajena al tiempo y por lo tanto no evoluciona. No nació nunca y no muere nunca.
(La consciencia es el estado más puro, ya no puede evolucionar más, es el Buda, la iluminación).  
CUANDO LA CONSCIENCIA SE CONVIERTE EN EL UNIVERSO MANIFESTADO, PARECE ESTAR SUJETA AL TIEMPO Y SUFRIR UN PROCESO EVOLUTIVO (EXPANSIÓN).
Ninguna mente humana es capaz de comprender plenamente la razón de este proceso, pero podemos tener atisbos de él en nuestro interior y volvernos participantes conscientes de él. 

La consciencia (el Ser) es la inteligencia (la Mente Pensante), el principio organizador que está detrás del surgimiento de la forma.
La consciencia ha estado preparando formas durante millones de años, así que puede expresarse a través de ellas en lo manifestado.
Aunque el reino no manifestado de la consciencia pura (el Ser) podría considerarse otra dimensión, NO ESTÁ SEPARADO DE LA DIMENSIÓN DE LA FORMA. La forma y lo sin forma se interpenetran.
(Lo no manifestado (el Ser), y lo manifestado (la forma) es lo mismo, no puede haber separación, todo forma parte de esta energía mental, de esta inteligencia que lo abarca absolutamente todo, que lo Es todo. "Dios somos todos").

Lo no manifestado fluye hacia esta dimensión como consciencia, como espacio interior, como Presencia. ¿Cómo lo hace? A través de la forma humana que se vuelve consciente y cumple así su propósito.

La consciencia encarna en la dimensión manifestada, es decir, se convierte en forma. Cuando lo hace, ENTRA EN UN ESTADO PARECIDO AL SUEÑO.

La inteligencia permanece (el Ser permanece), pero la consciencia se vuelve inconsciente de sí misma. Se pierde en la forma, se identifica con las formas.
(Por eso somos Ser y somos también humanos inconscientes. El Ser siempre está, y los humanos inconscientes, pueden volverse conscientes de que son el Ser).
Esto podría describirse como el descenso de lo divino a la materia.
(Hay que olvidar quienes somos para poder experimentar y volver a recordar quienes somos en realidad).

El ego humano representa la etapa del final del sueño universal, la identificación de la consciencia con la forma.
(El ego es cuando la propia consciencia cree que es su creación, cree que es su propio sueño (maya), cree que es un "yo físico-mental-emocional").
Era una etapa necesaria en la evolución de la consciencia. 
El paso siguiente en la evolución humana no es inevitable, pero por primera vez en la historia de nuestro planeta puede ser una ELECCIÓN CONSCIENTE.
¿Quién está haciendo esta elección? USTED.
¿Y quién es usted? LA CONSCIENCIA QUE SE HA HECHO CONSCIENTE DE SÍ MISMA.

(Cuando hay Despertar, cuando la conciencia se da cuenta de sí misma, cuando deja de identificarse con las formas (el sueño, maya), entonces esdeviene otra etapa que aún no hemos experimentado toda la humanidad. Es una etapa en la cual la misma Consciencia, ya despierta, ELIGE cómo va a manifestarse, cómo va a ser el mundo de la forma, y va a crear a través de sus propios pensamientos (ya que es una Mente pensante, una Inteligencia) cómo será el mundo de la forma. Ya no se identificará con la forma (su propia creación), sino que va a gozar, disfrutar de la experiencia en una dimensión de la materia, totalmente consciente. 
Esto es lo que llaman las sagradas escrituras "Traer el Cielo a la Tierra").





Eckhart Tolle 
Camino al Despertar (notas entre paréntesis).

26 diciembre 2014

EL "KOAN"


Un "koan" (el método del zen) es un acertijo que no puede resolverse, pero en el que hay que pensar. 
Durante horas, durantes seis, ocho, diez, doce, y a veces durante dieciocho horas, el discípulo no hace más que sentarse absorbido, observando el problema desde todos los ángulos, teniendo en cuenta todas las posibilidades; intentando penetrar en él desde éste o aquel lado. 
Intenta desentrañar el problema desde todas las direcciones, en todas las dimensiones, a fin de hallar la solución. 
Llega ante el maestro y se encuentra de nuevo enfrentado a sí mismo.
Poco a poco se van agotando todas las posibilidades. Ya ha pensado en todo lo pensable. Ahora da la impresión de que no existen más posibilidades, de que no se puede ir más allá. Y entonces, un día, empieza simplemente a observar el acertijo, y no se manifiesta pensamiento alguno.
Cuando la mente no puede con algo, abandona. 
Cuando la mente demuestra su impotencia ante algo, abandona.
Esa es la cuestión, observar el acertijo sin que surja pensamiento alguno. Y cuando no surge ningún pensamiento entonces puedes ver en el acertijo… que es absurdo.
Sí, ya habías pensado que era absurdo en muchas ocasiones anteriores, -de hecho, sabías que lo era, que no podía resolverse-, pero eso también provenía de la mente, no se te había revelado. 
Esa era la solución de tu mente: no se puede resolver, ¿para qué preocuparse entonces? Abandónalo, olvídate de ello, no puede resolverse. Pero eso también salía de la mente.

Un día, cuando la mente dejó de funcionar de puro agotamiento, cuando perdió toda su pericia, toda su eficacia, cuando toda su inteligencia ha demostrado no servir de nada, desaparece. 
Y en esa rendija, aparece la revelación. 
En esa rendija puedes ver, y ves por primera vez.
En esa rendija el pensar no está, pero tiene lugar el conocer, y esa es la cuestión de la transformación.

Cuando se detiene el pensamiento y surge el conocer, cuando los pensamientos desaparecen y aparece la claridad, puedes ver que la verdad no es algo que pueda pensarse, sino que ha de verse.

Por eso, a quienes alcanzan la verdad se les llama a veces visionarios, y no pensadores. 
La han visto. Han entrado en ella, no han pensado en ella, no son grandes filósofos ni lógicos. Son personas sin mente, son personas más allá de la mente. Miran directamente, sin ningún pensamiento entre ellos y la realidad. Lo que se revela tal cual es, en su talidad. La mente ya no está ahí, funcionando a través del pensamiento. No hay más oleadas, en un espejo. Y sólo refleja lo que es.

Si se tiene algo más en lo que pensar, entonces no es el auténtico fin. Si crees que sigue habiendo algo en lo que pensar, entonces éste no es el auténtico fin; la mente no desaparecerá. No puedes obligarla. No podrás hacerlo, porque la mente está ahí. Todo eso lo está haciendo la propia mente, y todo lo que se haga a través de la mente no hace sino reforzar la propia mente. 
Si todavía tienes algo en lo que pensar, si sientes que la mente todavía puede proporcionarte alguna respuesta, si todavía mantienes la mínima confianza en la mente, entonces no has llegado al verdadero final.

Cuando se alcanza el final de verdad, el pensar se detiene y comienza el ver. Y en este ver radica la revolución, el cambio radical, la mutación, la transformación.

Entonces no hay palabra, pensamiento o imagen. Nada, sólo la nada. Has llegado al final de la mente, o llámalo el fin del mundo. 
El mundo que finaliza no es la realidad, pero sí que es el comienzo del Ser. 
El mundo que acaba es la enfermedad desapareciendo; y al otro lado aparece la salud. Estarás sano por primera vez y completo.

Osho

22 diciembre 2014

MORIR PARA RENACER


El zen es solo dar un paso… el periplo de un único paso. 
Puedes llamarlo el último paso o el primero, no importa. Es el primero y el último.
Toda la enseñanza zen consiste en una única cosa: cómo saltar a la nada, cómo llegar al final de tu mente, que es el final del mundo.
Cómo permanecer de pie en ese acantilado frente al abismo y no asustarse, cómo reunir coraje y dar el último salto. Es la muerte. Es suicidarse. 
Pero el crecimiento espiritual sólo puede surgir del suicidio (la muerte del ego), y sólo hay resurrección (morir y renacer en una nueva consciencia, un nuevo ser) siendo crucificado.

Si se comprende bien, entonces el símbolo cristiano de la cruz, tiene un enorme significado.

Jesús está en la cruz, y ese es el acantilado. Muerte y resurección.
Cuando mueres en la mente, naces en la consciencia. 
Cuando mueres en el cuerpo, naces en el cuerpo universal. 
Cuando mueres como ego, naces como Dios. 
Cuando mueres en tu pequeño territorio, te esparces por toda la existencia… te conviertes en existencia.

El fin de la mente es el fin del mundo, porque el zen dice que la mente es el mundo.
Por lo general, cultivamos y reforzamos la mente, la hacemos cada vez más capaz, hábil, eficaz. Eso es lo que hacemos en escuelas, colegios y universidades. Eso es lo que significa educación, aprender.
El zen es un tipo de desaprendizaje. 
Enseña cómo desechar lo que se ha aprendido, enseña a volver a ser niños, a existir de nuevo sin mente.
La mente provoca todo tipo de miserias: la mente nunca está en el presente, lo pasa por alto. 
¡Y sólo existe el presente! La mente siempre está en el pasado, o en el futuro, pero nunca permanece en el presente.
El zen dice que a menos que deseches la mente, nunca te podrás sintonizar con la existencia, ni podrás palpitar con el latido del universo. Si no desechas la mente, seguirás viviendo en un mundo particular que tú mismo has creado; no vives en el mundo real.
La inteligencia nunca surge de la mente. La inteligencia sólo surge cuando se ha descartado la mente.
La mente bloquea la fuente de la inteligencia. Permanecer en la mente es poco inteligente. Lo inteligente es estar más allá de la mente.
La meditación es la búsqueda de esa inteligencia, de cómo dejar de aprender, de cómo desechar el conocimiento, de cómo abandonar todo el pasado acumulado.
Un hombre que vive en la no-mente vive sin muerte, porque muere a cada instante. Nunca acumula, nunca mira hacia atrás, nunca mira hacia delante; simplemente está aquí. Su ser es en este momento. Fluye con el momento. De hecho, carece de biografía y de sueños de cara al futuro. Vive tal como llega la vida.
Y el zen dice que la mente puede ser de utilidad en el mundo, pero no en lo que respecta a lo esencial. Lo esencial no puede pensarse, porque está más allá del pensamiento. Tú eres lo esencial.

Nace un niño y él es lo esencial. El pensamiento aparecerá a continuación; el niño acumulará conocimiento y escribirá muchas cosas en la página de su vida. Y se convertirá en un conocedor de esto y lo otro y se identificará con ser médico, ingeniero, profesor. Pero en el momento en que nació era simplemente pura consciencia, frescura, una página en blanco, sin nada escrito, ni siquiera con su propia firma. No tenía nombre ni idea acerca de quién era. Eso es la inocencia primigenia, y eso es lo esencial.

Nunca perdemos nuestra esencialidad, no es posible. Es nuestra naturaleza más íntima, y por ello no hay forma de perderla. Pero puede nublarse.

Somos antes que el pensamiento, somos mientras el pensamiento está ahí, seremos cuando el pensamiento haya desaparecido. Siempre estamos aquí. Pero cuando surge el pensamiento es muy difícil saber quiénes somos y qué es exactamente esta consciencia.
Pensar es una distracción, una perturbación.
Únicamente recuperamos el contacto con lo esencial cuando desaparece el pensamiento.
Si uno piensa en ello, se puede pensar y pensar y pensar, y luego, al ver que el pensamiento no lleva a ninguna parte, éste se detiene por sí mismo. 
Si uno piensa hasta el final del todo, se manifestará automáticamente un estado de no pensamiento. Este fin del pensamiento llega final y naturalmente, y eso es lo que propone el zen.
Y el método que utiliza el zen para esto se llama "koan".
Un "koan" es un acertijo, muy especial, un acertijo que es imposible solucionar, un acertijo que no puede solucionarse a través de su formulación. Piensas y piensas… Hay que pensar, cavilar y meditar sobre ello.

Osho


21 diciembre 2014

LOS 3 SENDEROS PARA LA REALIZACIÓN ESPIRITUAL


No hallarás nada a menos que en el interior surja la armonía.

Estos son los tres caminos a través de los cuales llegar:

1. Unas cuantas personas entran a través del sexo: es decir, del camino del tantra.
Quienes entran por el sexo siguen el tantra yoga.



2. Otras personas entran por el camino de la devoción: es el sendero del corazón, de las emociones, el bakti-yoga. El sendero del devoto.
El hinduismo, el cristianismo y el islam siguen este camino de las emociones, bhakti. Entran por el corazón.



3. Y aquellos que entran mediante el intelecto, la inteligencia, siguen el camino del conocimiento, jnaña-yoga. 
El vedanta, el jainismo y el budismo siguen este camino de la inteligencia, la comprensión, la atención y el conocimiento. Siguen el camino de jnaña.



Estos son los tres senderos, y todas las religiones del mundo están de alguna manera divididas en estos tres.
El zen es una síntesis de todas ellas. 
El zen es tantra, devoción y conocimiento. 
El zen dice que pueden combinarse las tres, que no es necesario elegir. Uno puede no elegir y utilizarlas todas para ir hacia el interior. No existe un único medio ni un solo camino. Ninguna de las rutas es mejor que las otras.

Recuerda siempre que uno puede entrar por los tres, así que no condenes a nadie.

Si alguien sigue el camino del tantra, que de ti no salga condena alguna, porque esa condena sólo demostrará que estás condenando tu propia sexualidad.
Si alguien sigue el camino de la devoción, no le condenes, porque esa condena sólo querrá decir que estás negando la influencia de tu propio corazón. Y eso se convertirá en un obstáculo, te bloqueará.

Osho 


19 diciembre 2014

VIVIR DESDE EL SER O VIVIR DESDE EL EGO


Aquél que más habla sobre su vida personal, es el que está más identificado con su ego (su "yo") y necesita reconocimiento.
El ego de este tipo de personas necesita constantemente ser reconocido, aceptado y alabado. 
Cuando es reconocido y alabado, entonces el ego se infla como un globo, y de ahí el peligro de que surja la soberbia.
Es muy importante poner atención a este tipo de sucesos del ego, ya que conducen al sufrimiento.
Cuando el ego de un ser humano, no obtiene reconocimiento, cae en un estado de frustración y de baja autoestima. Se siente poco valorado por los demás y puede desencadenar en una depresión.
También puede desencadenar en estados de ira, rencor y agresión.

Es importante observar este punto acerca del ego, preguntarse uno mismo "¿Hago esto para que los demás me alaben y me reconozcan? ¿Hablo de mi vida personal para atraer la atención de los demás y obtener halagos?".


Cuando haces las cosas por el qué dirán los demás, o cuando hablas de tu vida personal, únicamente para recibir reconocimiento, recuerda que es tu ego el que está controlándote, eres presa de tu propia identificación con tu "yo", y no tienes libertad de Ser.

Aquél que, por el contrario, nunca habla de su vida personal, es el tipo de ser que no vive desde el ego, ya que lo ha trascendido. 

No está identificado con su "yo", por tanto, el ego no puede manipularlo. 
Es un Ser Consciente y humilde, que únicamente centra su atención en el momento presente, en escuchar a los demás y en transmitir aquellos aspectos que considera importantes para el bien de todos los seres, sin deseos de reconocimiento alguno. 
Este tipo de persona es un ser libre, sin la carga del ego.

Una forma muy fácil de detectar este tipo de personas es la siguiente:

-En el caso de la persona que busca ser reconocida, cuando no logra reconocimiento, automáticamente se enoja y te excluye de su vida. 

Esto es vivir desde el ego.

-En el caso de la persona que no busca reconocimiento, cuando no lo logra, no hay cambios en su estado de ánimo, ya que está totalmente centrado en su esencia, y no hay ego. 

Al no haber ego, no hay carencia, y por tanto, no hay ni deseo ni necesidad. Él ya es un ser libre. Y simplemente fluye con lo que es.
Esto es vivir desde el Ser. 

Camino al Despertar

15 diciembre 2014

SER CONSCIENTE


Cuando la consciencia ya no está absorbida totalmente por el pensamiento, una parte de ella permanece en su estado original sin forma, sin condiciones. Esto es el espacio interior.

La vida de la mayoría de la gente está abarrotada de cosas: cosas materiales, cosas que hacer, cosas sobre las que pensar. Tienen la mente llena de pensamientos; un pensamiento tras otro.

Esta es la dimensión de la consciencia del objeto, que es la realidad predominante de muchas personas, y por eso, su vida es tan desequilibrada. 
La consciencia del objeto (identificación con la forma), necesita equilibrarse con la consciencia del espacio (consciencia pura) para que regrese la cordura a nuestro planeta y para que la humanidad cumpla su destino. 
El surgimiento de la consciencia del espacio es la etapa siguiente en la evolución de la humanidad. 

Consciencia del espacio significa que además de ser conscientes de las cosas (percepciones sensoriales, pensamientos y emociones), hay una corriente subterránea de consciencia. 
Esta consciencia implica que usted no solo está consciente de las cosas (objetos), sino también está consciente de estar consciente.
Si puede sentir un silencio interior alerta en el fondo, mientras ocurren las cosas, eso es! su propia Presencia.
Esta dimensión siempre está ahí, pero la mayoría de las personas son completamente inconscientes de ella. 

Cuando usted (como consciencia) ya no está totalmente identificado con las formas, entonces se libera del encarcelamiento en la forma. 
Esta libertad es el surgimiento del espacio interior. 
Llega como un silencio, una paz sutil en lo profundo de usted, incluso ante algo aparentemente malo.
Repentinamente hay espacio en torno al suceso. 
Hay también espacio en torno a los altibajos emocionales, incluso en torno al dolor. 
Y, sobre todo, hay espacio entre sus pensamientos. 
Y de este espacio, emana una paz que "no es de este mundo", porque este mundo es forma, y la paz es espacio. 
Esta es la paz de "Dios".

Ahora puede disfrutar y honrar las cosas de este mundo sin darles una importancia y una significación que no tienen. 
Puede participar en la danza de la creación y ser activo sin apego a los resultados y sin hacerle exigencias no razonables al mundo (realízame, hazme feliz, hazme sentir seguro, dime quién soy).
El mundo no puede darle estas cosas, y cuando usted ya no tiene tales expectativas, todo el sufrimiento auto-creado termina. 
Todo ese sufrimiento se debe a una valoración excesiva de la forma y a una falta de consciencia de la dimensión del espacio interior (lo que es usted en esencia).

Cuando esa dimensión está presente en su vida, usted puede disfrutar las cosas, las experiencias y los placeres de los sentidos sin perderse en ellos, sin apego a ellos, sin volverse adicto al mundo. 
Cuando la dimensión del espacio está perdida, o más bien no es conocida (cuando usted no es consciente de usted mismo), las cosas del mundo adquieren una importancia absoluta, una seriedad y una pesadez que en realidad no tienen. 
Cuando el mundo no se ve desde la perspectiva de lo sin forma (consciencia pura), se convierte en un lugar amenazador y en un lugar de desesperación. 

Descubra espacio interior produciendo lapsos en la corriente de pensamientos.
Sin esos lapsos, su pensamiento se vuelve repetitivo.
No se preocupe por la duración de esos lapsos, unos segundos es suficiente. 
Gradualmente se harán más largos, sin ningún esfuerzo por su parte. 
Más importante que su duración es producirlos frecuentemente para que sus actividades diarias y su corriente de pensamientos queden salpicados de espacios (momentos en los que está consciente).

Sea consciente de su respiración. 
Dese cuenta de cómo ello aparta su atención de su pensamiento y produce espacio. 
Una respiración consciente (2 ó 3 mejor todavía), hecha muchas veces al día, es una manera excelente de traer espacio a su vida. 

Eckhart Tolle

08 diciembre 2014

EL TODO


Todo es energía... Todo es consciencia... Todo es mente.
Cuando esta mente descansa en el corazón, surge el Ser.
El Ser es la mente cuando está calmada, sin pensamientos,
cuando está en su estado natural.
Es el fondo del océano... es paz.
Este estado es llamado "no-mente",
también es llamado vacío, vacuidad.
Eso eres tú.

Cuando la mente (consciencia) empieza a emitir pensamientos,

es cuando crea la existencia, el mundo de la forma, la dimensión física.
El océano empieza a emanar olas.
En este estado el Ser se pierde.
Todo son estados de consciencia, todo son dimensiones, pensamientos que forman parte de la misma energía; la mente, la consciencia.
El problema surge cuando hay identificación con la forma,
es aquí cuando decimos que ha surgido el ego, maya.
Cuando hay identificación con la forma, dejas de Ser y crees que eres tu propia ilusión, tu propia creación.

Cuando practicas meditación o silencio,
observas tu mente.
Y llega un momento en el que vuelve a su estado natural, la calma.
Entonces los pensamientos se desvanecen y vuelve la paz,
vuelve tu estado natural, el Ser.
Es cuando puedes sentir tu verdadera esencia.

Mente y no-mente forman parte de lo mismo, de la misma energía,

la única diferencia radica en si hay o no pensamientos.
Cuando hay pensamientos, hay creación.
Cuando no hay pensamientos, simplemente estás tú.

Camino al Despertar


06 diciembre 2014

SER LA FUENTE


Miras a tu alrededor y ves mucha falta...
falta de amor.
Las personas buscan fuera, y no encuentran...
entonces surge el enojo, surge la rabia, surge el rencor.
Y del rencor, el odio; y del odio, la violencia.

Miras a tu alrededor y ves mucho enojo,

mucho sufrimiento, mucho egoísmo.
No encuentras fuera lo que te hace tanta falta...
nadie te da lo que te hace falta para sentirte completo,
para sentirte lleno, para sentir amor.

Las personas están perdidas en el mundo...

han perdido su centro, se han desviado, se han desequilibrado.
Buscan encontrarse en cosas materiales,
buscan hallarse en los demás seres...
parecen mendigos, pidiendo y pidiendo...
reclamando lo que les hace tanta falta...
reclamando amor, su propia esencia.

No busques afuera...
porque cuánto más pidas, más necesitarás después.
Busca dentro de ti,
permaneciendo en total silencio.
Solo dentro de ti puedes encontrar lo que te hace falta...
solo dentro de ti puedes hallar amor.
Y cuando te llenas de amor, de tu propia esencia,
dejas de pedir afuera, 
dejas de ser un mendigo y te conviertes en la fuente.

Y cuando eres la fuente, ya no hay lugar para el enojo,

ya no hay lugar para la rabia, el rencor, el odio y la violencia.
Cuando estás pleno de amor, es cuando emanas.
Y solamente emanando, sucede la sanación.
Porque el amor no se mendiga, el amor se comparte...
y cuanto más lo compartes, más se incrementa,
y entonces, ¿qué más te hace falta?
Nada, absolutamente nada...
Entonces, ya eres Todo.



Camino al Despertar