20 septiembre 2016

PRÁCTICA GUIADA DE AUTO-INDAGACIÓN



Cada vez que te sientas mal por algo, cada vez que sientas miedo o angustia, tristeza o desolación, y te abruma esa emoción tan intensamente que no puedas reposar en paz, párate unos minutos y respira profundamente varias veces.
Puedes cerrar los ojos si lo deseas y dirige tu atención hacia tu interior. Pregúntate "¿soy consciente?"... no respondas, simplemente dirige tu atención en si eres consciente y permanece ahí.
Tu sufrimiento está ahí porque hay resistencia interna en ti...
te resistes al pensamiento que generó esa emoción tan intensa y provocó tanto dolor en ti.
Ahora pregúntate "¿quién se resiste?"... no respondas, simplemente dirige tu atención en quién es el que se resiste.
Posiblemente respondas esta pregunta con la palabra "yo"; "yo me estoy resistiendo".

Vamos a profundizar un poco más:
¿Quién es este "yo " que se resiste?... no respondas, tan solo dirige tu atención en ese "yo" que se resiste. 
Te vas a dar cuenta de que todo esto que está sucediendo, que estás viviendo está siendo observado por alguien que está más allá de todo esto. Está siendo contemplado por algo que no es de este mundo físico, algo que no tiene forma, ni dimensiones, ni puede ser etiquetado... algo que simplemente Es y que es consciente de todo lo que está sucediendo. Es consciente del dolor, es consciente del "yo" que siente el dolor y es consciente de la resistencia que el "yo" pone ante ese dolor.

Céntrate en Eso que es consciente, dirige tu atención ahí y permanece ahí unos minutos...
Al centrar tu atención en Eso que es consciente, el dolor, la resistencia y el "yo" han desaparecido, se han disuelto... solo existe Eso que es consciente.
Puedes darte cuenta de que absolutamente todo depende de dónde pones tu atención... porque Tú eres la Atención misma, Tú eres eso que percibe dependiendo de dónde esté puesta tu atención.
Si tu atención está puesta en un pensamiento y éste es negativo, al identificarte con ese pensamiento crearás dolor y te resistirás a sentirlo. Estás creando sufrimiento innecesariamente.
Si tu atención está puesta en el Observador, en Eso que está más allá de la experiencia del "yo", verás las cosas sin identificarte con ellas y por tanto, no crearás sufrimiento.
Por tanto, lo que importa es TU ATENCIÓN. 

Si no deseas crear más sufrimiento innecesariamente, ante un pensamiento negativo, dirige tu atención a Eso que está más allá y que observa y contempla todo lo que sucede... No te identifiques con el pensamiento, no crees un falso "yo" que sufre debido a ese pensamiento... suéltate y Ríndete! Permanece como la Presencia Consciente Observadora que está más allá de todo pensamiento, de toda emoción, y así vivirás sin identificarte. 

Desidentificarse es dirigir tu atención hacia tu interior, a Eso que está más allá de la experiencia, y ver el espacio que hay entre Tú y  la experiencia misma... Viendo realmente que nada sucede en realidad, pues todo se crea a medida que es observado, a medida que diriges tu atención a eso en concreto.
Si tu atención está siempre puesta en la Presencia Consciente Observadora que Es, podrás ver que no hay nadie, no hay un alguien (un "yo"), simplemente hay percibir.
Tú eres la Nada o el Vacío que percibe por medio de dónde se dirige la atención.
Tú percibes a medida en que creas mentalmente cuando enfocas tu atención en un pensamiento. 
Por tanto, enfoca tu atención en Ti Mismo cada vez que la atención se pierda en un pensamiento o en un suceso externo.





Camino al Despertar 

12 septiembre 2016

LA REALIDAD ABSOLUTA. ROBERT ADAMS



La Realidad Absoluta es el cuarto estado de consciencia.
Está el dormir, el sueño, y el estado de vigilia. Esa es una limitación para nosotros. Pero hay un cuarto estado, que es llamado por muchos nombres; la realidad absoluta, la conciencia pura, el nirvana, el vacío, muchos otros nombres...
La mayoría de las personas nunca llegan a ese estado en esta vida, porque no lo conocen. Están satisfechos con el dormir, la vigilia y el sueño. 
Hay personas que tienen miedo de ir a otro estado porque creen que tienen que renunciar a algo. Piensan que van a perder algo si experimentan otro estado de consciencia. En realidad, no pierdes nada. El cuarto estado es simplemente consciencia expandida.

Imagina que estás mirando a través del ojo de una cerradura y todo lo que puedes ver a través del ojo de la cerradura es a alguien que es asesinado por otra persona. Ves a un hombre matar a una mujer a través del ojo de la cerradura, y todos tus conceptos giran en torno a eso. Así es como vemos el mundo, a través del ojo de una cerradura. Vemos una parte de la imagen.
Pero digamos que abres la puerta en vez de mirar por el ojo de la cerradura. Podrías mirar hacia la izquierda, y ver tal vez en una vida anterior a la mujer matando al hombre. Es a la inversa. 
Ahora, en esta vida el hombre está matando a la mujer, y entenderías lo que está pasando. De ahí irías hacia adelante. 
Podrías mirar a la derecha y ver que los dos están juntos de nuevo, riendo y pasando un buen rato, y te darías cuenta de que nadie ha matado y nadie ha muerto. Es todo un juego. Podrías ver el cuadro completo. Pero mientras estés mirando sólo a través del ojo de la cerradura vas a tener una visión limitada de las cosas y harás juicios parciales.
Es por esto que se nos dice que no juzguemos, porque sólo tenemos una imagen limitada.
Cada cosa que ves en tu vida, la estás mirando a través del ojo de una cerradura. Cuando despiertas, la puerta se abre. Eso es todo.
Entonces comprendes por qué todo está sucediendo, y de dónde viene.
Esta es la razón por la cual los sabios permanecen tan tranquilos y nunca reaccionan ante nada. No es porque no les importe. Ellos ven la imagen completa. La puerta se ha abierto para ellos. Y luego ven la imagen final, y se ríen de todo el juego. Porque nadie ha perdido nada y nadie ha ganado nada.

La mayoría de la gente reacciona a todo lo que oyen, ven, huelen, tocan y gustan. Siempre están enojados, siempre están enfadados porque no están consiguiendo lo que quieren. Esto es mirar a través del ojo de la cerradura.

Cuando comienzas a ir hacia adentro, cuanto te tomas tiempo para olvidarte un poco del mundo, y comienzas a preguntarte, "¿De dónde viene el mundo?" y empiezas a investigar dentro de ti mismo, "¿De dónde viene mi mundo? ¿Cómo se originó?" Al comenzar a hacer esto cada día, cada día, cada día, a medida que comienzas a cuestionarte a ti mismo, "¿Por qué he nacido? ¿Quién soy yo? ¿Por qué estoy pasando por esta experiencia? ¿Quién está pasando por esta experiencia?" cuanto más lo haces, y cuanto menos reaccionas a tus condiciones, más pronto despertarás.

Así que despertar no es algo que tienes que buscar. Despertar no es algo que alguien te puede dar. Despertar es tu verdadera naturaleza. Es tu verdadero Yo. Tú ya estás despierto, pero crees que estás dormido. Crees que eres un ser humano, crees que todas tus experiencias son reales.
Y si vas un poco más alto, crees que todas tus experiencias son kármicas. Pero no hay karma, y no hay experiencias. Tú eres brillante y resplandeciente tal como eres. Pero si quieres jugar al juego del karma, puedes hacerlo. Es un juego.
Entonces, ¿de dónde viene el karma? Lo creaste con tu mente. Tú creas tu propio destino.
Y sigues regresando una y otra vez, y otra, y otra, y otra, y otra vez, teniendo todo tipo de experiencias, hasta que en un siglo a partir de ahora, o mil millones de años a partir de ahora, te cansas de jugar el juego. Y dices: "Espera un minuto. Me parece que estoy dando vueltas en círculo. ¿Alguna vez se acabará?" 
Y luego, finalmente, te preguntas, "¿Para quién es el juego? ¿Quién cree en su humanidad? ¿Quién cree en sus experiencias ? ¿Quién es el que parece sufrir o quién es el que parece ser feliz?"
Recuerda que la felicidad humana y el sufrimiento humano son dos caras de la misma moneda. No hay ninguna diferencia. (Ley Universal de polaridad: cada cosa son polos opuestos de una misma cosa). Uno se cansa de todo el asunto. Así que te planteas la pregunta, "¿Para quién es este karma? ¿Para quién es este mundo? ¿Para quién es este juego? ¿Quién tiene que pasar por estas cosas?"...
Pero en vez de hacer esto la mayoría de la gente va a los psiquiatras, a los psicólogos, a los predicadores, a los sacerdotes y demás, a buscar respuestas. Estamos buscando respuestas por medios externos, y nunca puedes obtener una respuesta a tus problemas o cualquier cosa del mundo, porque el mundo cambia continuamente. Una vez la respuesta puede ser de una manera y en otro momento la respuesta puede ser de otra manera, según las circunstancias, dependiendo del momento.
La verdadera respuesta está dentro de ti mismo. La solución está dentro de ti. Sin embargo lo haces incorrectamente cuando estás tratando de resolver un problema con otro problema, que es tu mente.
No puedes utilizar tu mente para resolver un problema, porque para empezar tu mente es la causa del problema. Y no puedes pedir a nadie más la solución, ya que están utilizando su mente para darte la solución de lo que ellos piensan que es correcto.
La respuesta por supuesto es conocer tu Ser. Cuando enfocas la atención en el Ser, el problema se resuelve automáticamente. ¿Cómo enfocas tu atención en el Ser?  Preguntándote "¿Qué soy yo?" o "¿Quién soy yo?" 
Cuando algo sucede en tu vida que deseas cambiar, no trates de cambiar lo que te está molestando, porque si lo haces, va a surgir en otro lugar. Ve directo a la fuente. 
"¿Cuál es la fuente de mi depresión? Yo soy. Yo estoy deprimido. 
¿Quién es el yo que está deprimido? ¿De dónde viene?" 
Nunca respondas. Sólo ten una actitud de escucha cuando haces la pregunta, y la respuesta viene y dices: "La depresión viene a mí. Yo la siento. Yo la tengo". Entonces tienes que darte cuenta de que es el "yo" quien la tiene, porque acabas de decir "yo la tengo". Así que el "yo" tiene el problema, no tú.
Es siempre tu yo-personal el que tiene el problema. No tiene absolutamente nada que ver contigo. Sólo la comprensión de esto, te despierta. 
"Yo" no es el Ser. El yo-personal es el ego. 
Así que cuando dices: "Yo no me siento bien, yo no me siento feliz, yo estoy preocupado", o cualquier otra cosa en la vida, incluso cuando dices "yo me siento bien, yo me siento estupendamente", sigues hablando de tu yo-personal. Y tu yo-personal es parte del mundo de la dualidad. Por lo tanto, cuando dices "yo me siento bien por la mañana", la primera cosa que venga que no te guste vas a decir "yo me siento mal".
El yo está separado de ti. Tú no tienes nada que ver con el yo.
Cuando estés deprimido, cuando te sientas de mal humor, cuando sientas que algo está mal, cuando te sientas enojado, etc, pregúntate "¿Quién siente esto? Yo". Y luego te das cuenta de que, "yo, no tiene nada que ver conmigo".

Tu perfección siempre está brillando. Tú eres la consciencia pura. Tú no eres el yo-personal. Deja que el yo-personal tenga todos los problemas que quiera. No tiene nada que ver contigo. Pero observa por ti mismo, conviértete en testigo del hecho de que el yo-personal tiene el problema, y no tú. Eso es todo lo que tienes que hacer. Sólo observa y mira, inteligentemente, y ve de dónde viene el problema.
Entonces te preguntas, "Si el yo-personal tiene este problema y no yo, de dónde viene el yo-personal?". O puedes simplemente decir: "¿Quién soy yo?" o "¿Qué soy yo?" 
Nunca respondas, y te darás cuenta de que algo muy interesante comienza a suceder cuando llegas a esa etapa. Te darás cuenta de que comienzas a sentirte mejor y mejor y mejor, e incluso comienzas a reírte de ti mismo.
¿Por qué?  Porque vas a la fuente de tu yo-personal. Y la fuente de tu yo-personal es la realidad absoluta, la consciencia. Lo que significa, que tu yo-personal no existe. Nunca existió. Es una ilusión óptica. 
Tú no tienes un yo-personal. Y si no tienes un yo-personal no tienes ninguno de los problemas que vienen con él. Esto significa que tú no eres el fenómeno cuerpo-mente. Tú no eres el hacedor. No eres el sufridor. No eres la persona que crees que eres. Ya que todas estas cosas están unidas al yo-personal, y si este yo desaparece, todo desaparece con él, y tú devienes totalmente libre.
Entonces empiezas a sentir omnipresencia, porque tu verdadero Ser no es personal. Tu verdadero Ser es el Ser del universo. Tu verdadero Ser es todo. Todo es el Ser. 
Te das cuenta de que tu cuerpo es una especie de impresión en el Ser, pero no tiene poder por sí mismo. Ni siquiera existe. El Ser existe. La consciencia existe por sí misma y no como el cuerpo.
¿De dónde viene el cuerpo? 
Si el cuerpo no existe, ¿por qué lo veo? 
Pregúntate a ti mismo: "¿Quién lo ve?" y volvemos de nuevo al yo-personal. Porque la respuesta es, "yo lo veo. ¿Quién soy yo?" Has vuelto otra vez al yo-personal.
Si el yo-personal se ha ido, no hay cuerpo, no hay mente, sólo hay consciencia. Pero siempre que creas que hay un cuerpo, hay un yo-personal.
Por consiguiente no puedes decir: "Yo soy la consciencia apareciendo como un cuerpo". Eso es erróneo. La consciencia no aparece como ningún cuerpo. No tiene por qué. La consciencia es siempre conciencia pura autosuficiente. Es algo de lo que ni siquiera podemos hablar, porque no hay palabras para describirla. Es algo que tienes que descubrir por ti mismo.
No tiene nada que ver con tu cuerpo. No tiene nada que ver con tus experiencias. No tiene nada que ver con el karma. No tiene nada que ver con Dios. No tiene nada que ver con el universo. No tiene nada que ver con la auto-realización o la liberación. Simplemente es. Y está más allá de nuestro pensamiento finito. No hay palabras para describir el infinito.
Basta con que te deshagas de todos tus conceptos de cuerpo, mente y yo. Todo ocurrirá por sí mismo. 
Tu trabajo consiste en eliminar el concepto del “yo”. 
Tu trabajo consiste en deshacerte de la idea de que tú eres un cuerpo, y que eres una mente, y que eres un hacedor.

Prueba este experimento por la mañana, cuando te levantes y acabes de abrir los ojos y salgas de la cama, no pongas ninguna atención a ti mismo como un cuerpo. En otras palabras, simplemente vuélvete totalmente consciente (mindful), al igual que se enseña en el budismo. Obsérvate a ti mismo levantarte de la cama. Obsérvate ir al baño. Obsérvate lavarte los dientes. Tu cuerpo hará todo sin tu ayuda. Es solamente cuando te identificas con el cuerpo, o como el cuerpo, que los problemas comienzan. Pero si no te identificas con el cuerpo serás feliz. Porque la felicidad es tu verdadera naturaleza. Realmente feliz. No feliz porque algo salió de la manera que te gusta. Serás feliz-feliz por ninguna razón. Simplemente serás feliz. Simplemente sentirás una alegría innata. 
Tu cuerpo se ocupa de sus propios asuntos.  

Cuando te sumerges totalmente en el Ser, te conviertes en algo difícil de explicar, ya no eres tu cuerpo, has entrado en el cuarto estado de consciencia, más allá de la vigilia, más allá del dormir, más allá del soñar. Has expandido tu conciencia.
No tienes que tener miedo de perder algo si entras en el cuarto estado de consciencia.
Tu cuerpo seguirá siendo el mismo, en cuanto a las apariencias se refiere. Harás un mejor trabajo que nunca antes en tu vida. Serás más cariñoso. Serás más amable. Tendrás una gran compasión en lo que a tu cuerpo se refiere. Sin embargo, te darás cuenta de que, "Yo soy el Ser". ("Yo soy", es el Ser). 
"Yo soy el que (yo) soy". Quedará muy claro para ti y harás que tu vida sea simple. No encontrarás ningún defecto. No reaccionarás. Serás simplemente el Ser, y serás más feliz de lo que nunca lo has sido en tu vida.
No hay nada que tengas que abandonar. No hay nada que tengas que perder. Algunas personas piensan que te volverás asqueado del mundo, y que te convertirás en un ermitaño. Eso no es cierto. 
Para volverte asqueado del mundo, tiene que haber alguien ahí que se vuelva asqueado. Y si no hay nadie en casa no puedes estar asqueado de nada.
Así que cualquiera que se acerca a ti y te dice: "Yo estoy iluminado y odio el mundo. Ya no tengo nada que ver con la gente. Voy a vivir ahora por mi cuenta"..., no puedes más que sonreírles, y darte cuenta de que están peor de lo que estaban antes, porque todavía hay ahí un yo-personal (ego).

Un ser auto-realizado puede estar en cualquier lugar. No le importa el lugar donde vive. Puede estar en el mercado y ser tan feliz como si estuviera viviendo en un ashram. No hay ninguna diferencia. 
Él está en casa en cualquier parte que esté y siempre está lleno de alegría. Puede estar en Irak y ser bombardeado. No le importaría. ¿Es bombardeado?, pues es bombardeado; ¿no lo es?, pues no lo es. No hay preferencias. Todo está bien y todo se desenvuelve como debe.

Recuerda que tu verdadera naturaleza es luz, consciencia. No estás tratando de ser auto-realizado, simplemente quieres deshacerte de las cosas que te dicen que no lo eres. 
Porque alguien te ha dicho, o has leído en un libro, o debido a una práctica que has hecho, que para estar liberado tienes que poner fin al sueño. Y te das cuenta de que todo es ilusión y quieres que termine. Así que pones la práctica lo primero en tu vida. Y lo primero en tu vida es lo que eres. 
Si quieres liberarte y despertar a tu Ser, entonces negarás todo lo que tenga que ver con el yo-personal (ego). No trates de cambiar las cosas físicamente (mentalmente). Todo comienza y termina en tu mente.
Comienza por preguntar o buscar el yo, ¿dónde se va cada noche cuando te vas a dormir? ¿A dónde voy yo? ¿Y de dónde surge?
En cuanto te despiertas, en ese instante, no hay yo, pero en cuanto tomas consciencia de todos tus problemas, todas tus preocupaciones, todas tus cosas del mundo, el yo se ha despertado. Yo siento esto, yo siento lo otro, yo siento todo. ¿Dónde estaba el yo antes de eso? ¿Adónde se fue antes de que despertaras? Y cuando te estás quedando dormido, lo mismo, el yo te abandona. ¿Adónde se fue? Y te quedas profundamente dormido sin el yo. 
Cuando piensas en estas cosas, cuando reflexionas sobre el yo, esto es pura meditación. Esta es la más alta meditación, seguir al yo hasta su fuente.
¿Quién necesita esas cosas mundanas? ¿Quién sufre cuando se han perdido? ¿Y quién se siente feliz cuando las tienes? 
Observa tus apegos. Sé consciente de lo que realmente eres.
Mira lo que más te molesta, lo que más te enoja, lo que te hace enfadar, lo que te perturba. Obsérvate a ti mismo. Y siempre date cuenta de que lo que le está ocurriendo al yo, no eres tú. Tú no eres el yo. Eres consciencia. Eres la Realidad Absoluta. Esa es tu naturaleza real. 
Y la forma de descubrir tu verdadera naturaleza es siguiendo al yo-personal hasta su fuente. Encontrar la fuente de donde surge el yo, y encontrar la fuente donde el yo desaparece. Al practicar estas cosas estás practicando pura meditación, y serás libre.   

Robert Adams 

10 septiembre 2016

SATSANG CON NISARGADATTA MAHARAJ



Recordar lo que debe ser recordado es la clave del éxito. Llegas a esto a través de la honestidad. Busca una mente clara y un corazón limpio. Todo lo que necesitas es mantenerte silenciosamente alerta, investigando la naturaleza verdadera de tu "yo". Este es el único sendero a la paz. 
Todo ocurre por sí solo. Ni el gurú ni el buscador hacen nada. Las cosas pasan al pasar. La culpa o la alabanza son añadidas después, después de que aparece el sentido de un agente.

El conocimiento puede llegar meditando en el "Yo Soy", y ese conocimiento gradualmente se establece y se fusiona con el conocimiento universal y se vuelve libre como el cielo o el espacio. La dificultad verdadera es que el buscador debe desaparecer. 
Cuando descubres tu verdadera naturaleza, el “Yo soy”  permanece, pero es conocimiento ilimitado. No es posible que tú adquieras conocimiento; tú eres conocimiento, eres lo que estás buscando. 
Tu yo verdadero yace más allá de todo concepto. Todo existe en la mente; tanto el cuerpo como la mente son estados intermitentes. La suma total de estos flashes crea la ilusión de la existencia. Investiga qué es permanente en lo transitorio, qué es real en lo irreal, esto es la sadhana (la práctica espiritual).
No vienes de ninguna parte ni vas a ninguna parte, eres ser y conciencia intemporal.

Descubrir que el ego no es más que una idea conceptual de lo que somos, es el camino a la auto-realización y a la totalidad. 
Se debe estar en el estado previo al “yo soy”. El concepto "yo soy" surge y desparece espontáneamente; cuando aparece se considera como real y todas las subsecuentes confusiones surgen a partir de esta sensación de realidad en el “yo soy” [esto es el yo soy egóico]. En el momento que aparece el sentimiento "yo soy", aparece también el "yo soy".  Toda imagen que tengas de tu propio "yo" es errónea.

Para mi, es imposible identificarme con nada. La sensación de que no soy esto ni aquello es tan fuerte que cada vez que una cosa aparece, surge también la sensación de que ” no soy eso, no soy aquello”. 
Al cambiar el foco de atención, me convierto en la misma cosa que veo y experimento el tipo de conciencia que tiene. Me convierto en el testigo interior de la cosa. Llamo a esta capacidad de entrar en otros puntos focales de conciencia “amor”. Tu puedes darle el nombre que quieras. Ya que en cada punto del espacio y el tiempo puedo ser el sujeto o el objeto o los dos. Lo expreso diciendo que soy los dos y ninguno y más allá de los dos. 
Desde el punto de vista de la auto-realización o iluminación, no hay individuos; el Ser o Dios existe como todas las manifestaciones.

La percepción de que somos individuos, surge de la percepción equivocada. Tus pensamientos de la individualidad no son tuyos, son de la colectividad. Crees que tú tienes los pensamientos, pero en realidad, los pensamientos surgen en la conciencia. 
Al crecer en nuestro conocimiento espiritual, nuestra identificación con el cuerpo-mente individual disminuye y nuestra conciencia se expande en conciencia universal. La fuerza vital sigue actuando pero sus pensamientos y acciones no están limitadas a un individuo, son la manifestación total. Son como el viento que no sopla para un individuo sino para la manifestación total.

La salvación es ver las cosas como ya son. Mantente quieto. Haz tu trabajo en el mundo, pero internamente mantente quieto. Entonces todo vendrá a ti. 
No dependas de tu trabajo para tu realización, puede darle ganancias a otros pero no a ti. Tu esperanza yace en mantener silencio en tu corazón y en tu mente.  Como una mente espejo que refleja todo sin afectarse por nada.

Lo inesperado está por suceder, mientras que lo anticipado tal vez nunca llegue. Todo es porque tú eres. Contempla profunda y fijamente esto. Comprender esto como absolutamente verdad, es la liberación.

Aquél que se ha investigado profundamente, aquél que ha llegado a entender, nunca intentará interferir en el juego de la conciencia. 
No hay ningún creador con un vasto intelecto como tal, todo este juego ocurre de manera espontánea. No hay ningún intelecto detrás, así que no trates  de imponer el tuyo para intentar cambiarlo. Déjalo sólo. Tu intelecto es sólo el resultado de este proceso, así que ¿cómo tu intelecto puede hacerse cargo de o evaluar toda la creación? Investígate a ti mismo, esto es el propósito de tu existir. 
La espiritualidad no es más que entender este juego de la conciencia. Trata de entender lo que es esta ilusión descubriendo su fuente. No puede haber conciencia sin cognoscitividad [ingles: awareness, sánscrito vidya], pero puede haber cognoscitividad sin conciencia, como en el sueño profundo. 
La cognoscitividad es absoluta. La conciencia es relativa a su contenido. La conciencia siempre es de algo, es parcial y cambiante; la cognoscitividad es total, inmutable calmada y silenciosa. Es la matriz común de toda experiencia; lo que eres ya lo eres. Sabiendo lo que no eres, eres libre de eso y puedes permanecer en tu estado natural. Todo ocurre espontáneamente y sin esfuerzo.




Nisargadatta Maharaj

06 septiembre 2016

PRÁCTICA DE SANACIÓN EMOCIONAL



Para poder sanar tu dolor emocional y tus emociones negativas, es importante sentirlas. No hay que reprimirlas.
Siempre huimos del sufrimiento, no nos gusta sentir dolor... lo negamos, lo rechazamos, le damos la espalda, o nos resistimos con el fin de no sentir dolor. 
Cuando estamos totalmente identificados con nuestras emociones, estamos apegados a ellas. Es decir, buscamos un sentido de "yo" en nuestras emociones y por eso sufrimos.
Cuando hay apego al "yo", siempre hay sufrimiento.
Es importante aprender a liberar estas emociones que tanto nos hacen sentir mal y tanto nos enferman.
Para poder sanar y liberar dichas emociones y dolores, podemos hacerlo de varias formas, aquí explicamos dos maneras:

1. Puedes hacer una meditación profunda y a continuación observas esa emoción negativa o ese dolor que tanto te incomoda. No te apegues a él, no lo hagas tuyo, no te enganches a él, simplemente crea un poco de espacio entre tú y la emoción o el dolor. Sé el observador que observa la emoción o el dolor.
Durante este observar,  debes sentir la emoción, pero sin apegarte a ella. La observas, la sientes y la abrazas con amor. Esto es aceptación de tu dolor.
Para abrazarla con amor (aceptar la emoción o dolor), puedes hacer la siguiente afirmación: "HOLA EMOCIÓN (por ej. la ira), SOY CONSCIENTE DE QUE ESTÁS AQUÍ, TE ABRAZO CON TODO MI AMOR Y LA LUZ DE MI PLENA CONSCIENCIA".
Cuando estés haciendo esta afirmación, debes sentir en lo más profundo de ti mismo, que estás abrazando con todo tu amor la emoción o el dolor. Como si se tratara de tu hijo o del ser más querido.
Al abrazarlo con tu amor y la luz de tu Consciencia, esa emoción o dolor se transforma en amor también, en luz. Se transmuta. Por tanto, tú te liberas de ella y así deviene la sanación.

2. La segunda manera que puedes hacer es la siguiente:
Coges lápiz y papel y empiezas a escribir todo lo que sientes. Escribe todas las emociones negativas de dolor que sientes. "Vomítalo" todo en el papel, sintiendo cada una de esas emociones en lo más profundo de tu ser.
Cuando escribes tus emociones, las estás materializando, ya que las plasmas en papel. Tú las estás sintiendo mientras las materializas, y además eres consciente de ellas.
Una vez que ya has escrito todo lo que necesitabas liberar, y ya no te queda nada más por escribir, entonces escribes dando las gracias. Utiliza estos pequeños ejemplos:
"Yo soy Fuente de luz y de amor, gracias gracias gracias".
"Yo soy Fuente de positividad, gracias gracias gracias".
"Yo soy Fuente de equilibrio y sanación, gracias gracias gracias".

Una vez hayas acabado con esta segunda forma de liberación de emociones y dolor, puedes romper el papel y tirarlo, ya no lo necesitas.

Estas dos formas de sanación emocional son sencillas de hacer y muy poderosas, muy liberadoras. 
Si sientes que en una vez no has liberado la emoción por completo, puedes seguir haciendo estos ejercicios hasta que sientas una gran paz. Debes sentir paz y armonía en tu ser. 
Cuando veas que ya no hay ni la más mínima incomodidad o irritación o resistencia en tu interior, es señal de que has quedado limpio y liberado.

Cada vez que sanas una emoción negativa que estaba dentro de ti, estás sanando a la Madre Tierra y al mundo.
Tu cuerpo emocional está conectado a Gaia, nuestro planeta, y por tanto, si dentro de ti no hay equilibrio, no habrá equilibrio en el mundo. 
Como es adentro, es afuera.
Es así de fácil; si te sanas tú, liberando y abrazando con amor tus emociones, esto repercute en el planeta de manera positiva.
Por que todos somos Uno. 
Y si todos trabajamos cada uno individualmente, nuestras emociones y dolores, el resultado será una Sanación Planetaria.



Camino al Despertar 

03 septiembre 2016

EJERCICIO DE SANACIÓN: LIBERAR APEGOS Y DOLORES EMOCIONALES



Toma unos minutos para estar a solas contigo mismo.
Con tres respiraciones profundas, empieza a relajarte y a adentrarte en tu interior. Puedes cerrar los ojos si lo deseas.
Ahora, recuerda una situación concreta o una persona que te haya generado una emoción negativa o dolor. También pueden ser varias emociones negativas, como por ejemplo, el enojo, la rabia, la ira, el rencor, el resentimiento, el odio, la cólera, el miedo, la tristeza, etc.

A continuación, hazte la pregunta: "¿Quién siente esta emoción?".
Permanece unos instantes en silencio, auto-indagando en quién es el que siente la emoción.
Tu respuesta es "yo". Pero, ¿quién es este "yo"?.
Contempla eso. Contempla quién es este "yo" que siente esa emoción negativa o ese dolor.

Ahora, hazte la pregunta: "¿Soy consciente de esto?".
Permanece unos instantes más en silencio, auto-indagando en si eres consciente de este "yo" que siente la emoción negativa o el dolor.
Tu respuesta es "sí, soy consciente".
Si no fueras consciente, no te darías cuenta de nada de esto, estarías totalmente ausente. Por tanto, hay alguien ahí que es consciente en todo momento.

A continuación, hazte la pregunta: "¿Quién es el que es consciente?" o “¿qué es eso que es consciente todo el tiempo?”
Toma unos momentos para estar en silencio, para auto-indagar en quién es consciente del "yo" que siente la emoción negativa o el dolor.
Tu respuesta es: "Yo soy consciente".
Entonces, hay dos yoes; el "yo" que siente la emoción y el "Yo" que es consciente del "yo" que siente la emoción.
Por tanto, ¿cuál de los dos yoes eres tú?
Contempla eso.

Estás cambiando el modo de ver las cosas. Estás cambiando tu foco de atención y te estás dando cuenta de que tú eres dos yoes, pero uno de ellos es real y el otro es ficticio, ¿cuál de ellos es el real y cuál es el ficticio?

El "yo" que siente la emoción, es tu persona, tu identidad. Es tu identificación con el cuerpo-mente y tu historia. Este “yo” ha experimentado una situación concreta y de ahí ha surgido una emoción. Este “yo” es el ego o también llamado "yo separado". 
Este “yo” no es real, es tan solo una creencia mental que se identifica con este cuerpo-mente, dando lugar a un personaje ficticio basado en conceptos y condicionamientos mentales, y patrones establecidos. Todo esto forma parte de la historia, de la película, por tanto es ficticio.

Por otro lado, el "Yo" que está más allá de la historia, y que está todo el tiempo observando todo lo que sucede, es un "Yo" que no puede ser nombrado, no puede ser descrito, porque no tiene nombre ni forma. Está más allá de lo que acontece, percibiendo, observando y siendo consciente. Siempre permanece como Presencia Consciente, como observador. 
Este "Yo" es tu verdadera naturaleza. Eres Tú. Es la Conciencia Pura no manifestada que está más allá de las formas manifestadas.

Ahora puedes ver claramente que no eres el personaje que está implicado en la historia. Puedes ver que esa emoción que sientes no es tuya, simplemente ha surgido debido a que estabas identificado con el “yo”, y cuando ha surgido un pensamiento, te has apegado a él. Este apegarse al pensamiento ha generado una emoción en tu cuerpo, la cual te ha hecho sentir mal, te ha hecho sentir dolor. 
Así pues, cada vez que te identificas con este “yo” que crees que eres, cada vez que te identificas con tu cuerpo-mente y tu historia, estás generando dolor y sufrimiento. El apego al “yo” es la causa de todo el dolor emocional.

¿Puedes darte cuenta de que tú no eres el “yo”?
Contempla eso.
Tú eres eso que está más allá de esta película del “yo” y su historia. Eres eso que siempre observa, eso que siempre está consciente.

Pongamos un ejemplo: Imagina la pantalla de un cine, y en la pantalla aparecen unas imágenes; un bosque que se está quemando. Los árboles se queman, pero ¿se quema la pantalla?
La pantalla no se quema, pues no forma parte de la película. 
La película es una proyección, por tanto, es una ilusión. 
La pantalla, en cambio, es el espacio en el cual sucede la historia. Y nunca es afectada por la historia. Los árboles que aparecen en la pantalla sí se queman, porque forman parte de la película; pero la pantalla no se quema, ya que está más allá de la película. 
La pantalla se mantiene siempre intacta. La película no puede dañarla, no puede herirla. 

Tú, Presencia Consciente, eres la pantalla, en la cual sucede una historia. Mientras no estés identificado con un “yo”, no puedes ser afectado por lo que sucede en esa historia; no puedes ser tocado, ni herido. Por tanto, no puedes sentir dolor ni sufrimiento. Únicamente siente dolor y sufrimiento el personaje que está involucrado en la historia; el “yo”, el ego. Es importante trascender este “yo” y vivir desde nuestra verdadera esencia.
Mientras nos identifiquemos con un personaje que vive una historia, sentiremos dolor y sufriremos, pero si cambiamos nuestro punto de vista y enfocamos nuestra atención a Eso que está más allá y que siempre es consciente de todo lo que acontece, y reposamos como Consciencia Yo Soy, entonces nada ni nadie podrá afectarnos ni alterarnos, no habrá sufrimiento, solo paz.

Ahora que puedes ver claramente que Tú eres Presencia Consciente, observa esa emoción que siente este "yo" que creías ser. Únicamente observa intensamente esa emoción. Al observarla siendo Presencia Consciente, verás que la emoción desaparece. Se disuelve en la nada. Se transmuta en luz. 
Tú tienes el poder de poder transmutar toda negatividad y dolor en luz. Solo con la luz de tu Presencia Consciente, cualquier forma de negatividad, se disolverá.
Ésta es la sanación más elevada. Y tú puedes acceder a ella siempre que quieras.




Camino al Despertar